A continuación les dejamos una breve nota, redactada por Ignacio Suazo, contándoles de los últimos avances de tres proyectos de ley, con serias repercusiones para la familia y la infancia.
Al comenzar el mes de septiembre, el primer tema que apareció fue el veto presidencial al Proyecto de Reforma al SENAME, que fue votado en la Cámara de Diputados el miércoles 2 del mismo mes. Las expectativas eran bajas, pues aunque necesitaba de un quorum muy alto para ser rechazado, la Oposición –con mayoría en la Cámara– parecía alineada en contra de este proyecto. Para alegría de muchos (incluyendo la nuestra), no se alcanzó el quorum, de modo que el veto pasó al Senado. Ahí tendrá una batalla aún más ardua, pues un conteo rápido apunta a que sí estarían los votos para rechazar esta iniciativa presidencial. Probablemente para la próxima edición tengamos novedades al respecto.
Otro punto importante de septiembre fue el Proyecto de Ley de Educación Sexual Integral (ESI), un proyecto sobre el que fuimos invitados a exponer en varios espacios durante el pasado mes. Sólo por mencionar dos de estas intervenciones, Álvaro Ferrer tuvo la oportunidad de exponer ante la Fundación Protectora de la Infancia y Daniela Constantino participó de un conversatorio organizado por el Proyecto Vencer.
Respecto a la evolución del proyecto, este fue despachado de la Comisión a comienzos del mes. La iniciativa sigue siendo perjudicial para el Bien Común, pues atenta contra la libertad de enseñanza, el derecho y deber preferente de educar a los hijos, la libertad de conciencia y de culto, todo ello por tener un incorrecto trasfondo antropológico. Sin embargo, nuestro equipo legislativo colaboró en conseguir un importante logro: que los artículos más importantes del proyecto se voten con quorum de ley orgánica constitucional y no como ley simple. Es decir, esos artículos necesitarán ⅔ de los votos y no mayoría simple, con la cual será más probable que estos artículos sean rechazados.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar el Proyecto de Garantías de la Niñez, que hace poco fue despachado de la Comisión de Infancia del Senado. Desde un punto de vista antropológico, el proyecto continúa siendo muy negativo, pese a todas las mejoras que se le han hecho, por lo cual seguiremos atentamente su discusión en las etapas posteriores. El proyecto es en la actualidad una orientación mínima sobre los derechos en la infancia. El problema es la impronta de fondo: ver al niño como un sujeto autónomo, con un espacio asegurado por el Estado para tomar sus propias decisiones y no como un ser racional llamado a la plenitud a través del ejercicio de la virtud –, y ver a sus padres como barreras o limitantes para su desarrollo pleno, espiritual y material.
Dado que el Proyecto incluye presupuesto, su siguiente destino es la Comisión de Hacienda del Senado. Pero considerando que comenzó la tramitación del presupuesto del próximo año, es probable que no empiece a verse sino hasta noviembre. Y de ahí, como ha sido la tónica de esta iniciativa parlamentaria, podemos esperar una larga discusión.