Comunidad y Justicia de aniversario: 9 años promoviendo y defendiendo el respeto a los DD.HH

Hace nueve años un grupo de abogados decidió apostar por un proyecto que tuviese como objetivo promover y defender los Derechos Humanos y el Estado de Derecho en Chile desde la Doctrina Social de la Iglesia. Durante estos años hemos visto cómo este arduo trabajo ha dado enormes frutos. Agradecemos a cada miembros de nuestro equipo, que en las áreas Legislativa, Judicial, Investigación y Comunicaciones trabajan día a día dando su mejor esfuerzo.

En esta fecha tan especial, aprovechamos de compartirles una reflexión de Cristóbal Aguilera, miembro del directorio de Comunidad y Justicia y quien lleva más de siete años trabajando junto a nosotros.

Ingresé a Comunidad y Justicia a fines del 2014, entre otros motivos, debido a que me pareció un proyecto notable y en la línea de lo que Juan Pablo II alentó a los jóvenes chilenos en 1987: no permanecer indiferentes ante las injusticias y comprometerse con la construcción de una sociedad cristiana.

Comunidad y Justicia, en efecto, es una institución que intenta públicamente denunciar y enfrentar injusticias que hoy pasan desapercibidas e, incluso, se reclaman como derechos individuales. Las amenazas contra la vida, la familia, el derecho de los padres de educar a sus hijos, la libertad de culto, entre otras dimensiones de la dignidad humana, cada día emergen con más fuerza. Para combatir con eficacia todo ello, es necesario prepararse y dedicarse a tiempo completo y profesionalmente a esta tarea difícil, ardua, cuyo horizonte muchas veces es poco alentador, pero que, a la vez, constituye un trabajo gratificante, lleno de sentido trascendente. Esto último es, tal vez, la clave de toda la labor que realizamos: la convicción de que este aporte que realizamos al bien común, con nuestros defectos e imperfecciones, es justamente lo que Cristo desea de nosotros.

El futuro para los Derechos Humanos que Comunidad y Justicia promueve y defiende no es auspicioso. Sabemos que el mundo rema para otro lado y que ideologías tan dañinas como la ideología de género se han asentado muy fuertemente en nuestra cultura. Pero todo ello es una invitación a no bajar los brazos. Así, por ejemplo, mientras el aborto siga siendo una práctica legal y culturalmente legitimada, el trabajo de Comunidad y Justicia no solo está justificado, sino que es –podríamos decir– fundamental para la sociedad.

Pero el futuro auspicioso guarda, al mismo tiempo, una importante cuota de esperanza. Esta paradoja se explica porque nuestro mundo, que se ha convertido en un mundo desértico, sin alma, carente de sentido existencial, de pronto reclamará los valores cristianos para abrirse a un horizonte de sentido. De alguna manera, el trabajo de Comunidad y Justicia se inserta –y a la vez propicia– los tiempos que León Bloy refería del siguiente modo: «llegará el día en que los hombres estén tan cansados de los propios hombres que bastará con hablarles de Dios para verles llorar».


Memoria Anual 2020

Memoria Anual 2020

Te invitamos a revisar el resumen de nuestras actividades del año 2020 para contribuir a la creación de una cultura de respeto por los Derechos Humanos, según la Doctrina Social de la Iglesia.

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