La nueva integrante del área de investigación nos cuenta su vida y sus proyecciones en nuestra corporación en una entrevista realizada por nuestro investigador Vicente Hargous.
Nos alegramos de comunicar que nuestro equipo sigue creciendo. Esta vez, con la llegada de una nueva integrante al área de investigación: Rosario Izquierdo. Esta licenciada en Filosofía por la Universidad de los Andes nos cuenta de su vida y sus proyecciones en nuestra corporación en la siguiente entrevista realizada por nuestro investigador Vicente Hargous.
¿Quién es Rosario Izquierdo? ¿Quién eres, qué te gusta, qué te identifica, qué te define?
Me considero, ante todo, hija de la Iglesia. Intento vivir, siendo fiel a ella y cooperando humildemente en lo que se pueda. Me gusta, principalmente, el área de formación, es decir, estudiar qué nos dice la Iglesia y la razón natural sobre Dios, el mundo y el hombre. Pero no sólo eso, cuando la verdad se encuentra, no hay mayor alegría que compartirla.
De la mano con lo anterior, me gusta tener buenas conversaciones con los amigos, oír o leer a buenos autores. También disfruto mucho dando clases de formación general en la universidad donde se dan buenas instancia de conversaciones con los alumnos sobre problemas filosóficos, morales o intelectuales.
Tengo entendido que tu tesis de grado la escribiste en Teodicea, una palabra que probablemente muchos de nuestros seguidores ni siquiera han escuchado. ¿Podrías contarnos más sobre eso?
Efectivamente. La Teodicea o teología natural es la rama de la filosofía que estudia a Dios desde el conocimiento natural. En mi tesis, elegí el tema de la potencia generativa en Dios. Si bien, para enfrentarnos a él debemos partir de premisas teológicas o reveladas, como es, en este caso, el Misterio Trinitario, la filosofía debe hacerse cargo de estos problemas y poner las premisas filosóficas necesarias para que la fe no sea algo irracional, sino al contrario, perfectamente razonable y que enriquece a la reflexión metafísica.
Me parece importante reflexionar sobre temas teológicos ya que ellos nos aclaran mucho sobre problemas filosóficos, antropológicos y políticos.
¿Tienes a algún profesor que consideres tu maestro? ¿Cuáles son tus referentes intelectuales? ¿Qué autores te inspiran?
Bueno, en primer lugar, tendría que mencionar a Antonio Amado, quien dirigió con mucha paciencia y dedicación mi tesis de licenciatura. Fue una gran oportunidad para aprender mucho de él.
Respecto a autores, tengo como gran maestro a santo Tomás de Aquino. En reiteradas ocasiones el Magisterio de la Iglesia nos ha propuesto a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo del correcto modo de hacer teología. Por eso, creo que siempre hay que volver a los escritos de santo Tomás cuando se tengan dudas o se quiera estudiar cualquier tema.
Ahora, otro autor que me ha marcado mucho en mi formación y a quien espero seguir estudiando, es Joseph Ratzinger. Creo que es el más grande teólogo del último tiempo, un hombre de profunda fe y humildad que tiene mucho que enseñarnos.
Y ahora la pregunta del millón: ¿cuál crees que puede ser el aporte de la filosofía clásica para la contingencia del mundo de hoy, especialmente respecto de la lucha por los derechos humanos que damos en Comunidad y Justicia?
“Derechos humanos” al igual que “dignidad”, son palabras que resuenan muchísimo hoy en día. Dentro de la gran confusión que hay hoy en día, creo que todos estaríamos de acuerdo en que queremos velar por los derechos humanos. Ahora bien, los problemas comienzan cuando intentamos definir la palabra ¿Qué son los derechos humanos? ¿En qué radica la dignidad de la persona? Cómo no logramos ponernos de acuerdo en las respuestas a estas preguntas, esto acaba en una discusión sin fin.
Me parece que si estudiamos filosofía clásica se ilumina lo central de los grandes problemas actuales y, por tanto, marca la ruta para comenzar a resolverlos. El estudio de la filosofía clásica tanto griega como escolástica aporta una tremenda claridad al pensamiento y nos permite volver a poner los cimientos correctos a los grandes problemas acerca del hombre, su naturaleza, su fin y felicidad
¿Y cómo conociste Comunidad y Justicia? ¿Qué te llevó a postular? ¿Qué esperas encontrar en la Corporación?
Quizás por tener ideas parecidas, me llegaban artículos, publicaciones y videos de Comunidad y Justicia. Además personas conocidas trabajaban ahí. Por ellos, me enteré que buscaban a alguien para investigación. Postulé a penas supe porque conocía más o menos lo que hacían y me parecía un trabajo muy bueno. En primer lugar, espero una instancia para seguir formándome y aprendiendo. Al mismo tiempo, como tratan de temas que a mí me interesan, espero poder aportar también con lo mío.
Y desde un punto de vista práctico, ¿en qué áreas estarás trabajando? ¿Qué desafíos se vienen para este 2022?
Entré a trabajar al área de investigación. En esta área nos preocupamos de apoyar a las otras áreas ―judicial y legislativa― para que el contenido sea de calidad y con buenos fundamentos. También, nos encargamos de publicar las investigaciones y trabajos que se realizan en Comunidad y Justicia. Para este 2022, tenemos el objetivo de lanzar la nueva revista digital de Comunidad y Justicia, cuyo objetivo será defender una mirada católica sobre la contingencia.
Te agradezco, Rosario, tu tiempo y por darnos la posibilidad, a mí y a nuestros lectores, de conocerte un poco más. Te deseamos el mayor de los éxitos en esta nueva etapa.