Intervención de Ignacio Suazo en la mesa de familia, en el encuentro Diálogos por Chile.
“En pocas palabras, me duele la ausencia de padres en nuestro país ¿Qué son la violencia intrafamiliar, el abandono y abuso infantil, el desequilibrio de tareas domésticas en el hogar e incluso la descompensada relación casa-trabajo sino expresión de esto? Las masivas pensiones de alimentos impagas, dejadas al descubierto este año por los retiros del 10%, no son más que una expresión reciente de esta antigua herida. Y digo ‘antigua’, porque podemos rastrear sus orígenes —sin temor a exagerar— y llegar a la figura del huacho colonial: de madre abnegada y padre desconocido.
Y si bien muchos de estos males han sido denunciados con fuerza (y hay mucho que aprender —en sus virtudes y defectos— de las corrientes feministas que lo tematizan), duele ver que algunos de los puntos esenciales para desarrollar una verdadera educación del varón son olvidados, despreciados, cuando no mirados con hostilidad. Ojalá más gente pensara en estos temas desde la naturaleza masculina (creyendo que tal cosa existe), destacara lo importante que es pensar (y reconciliarnos) con nuestras figuras paternas, propusiera estrategias para promocionar la castidad y hablara de lo importante que es ser dueño de sí. Ojalá más personas creyeran que la autoridad de los padres es un reflejo de la autoridad del padre Dios. Y eso por nombrar algunos puntos. Lamentablemente, lo anterior está lejos de ser nuestra realidad.
Esta no es una herida de desesperanza. Creo que es posible dar pasos en la dirección señalada. Pero la vieja y profunda herida sigue ahí y no parece ir disminuyendo.”
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(Ignacio Suazo, investigador Comunidad y Justicia (2021): Nuestra Mesa – Diálogos por Chile: 60 desafíos para una renovada convivencia nacional (Sofía Brahm, María de los Ángles Errázuriz y Nicolás García, eds.), Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile – Fundación Voces Católicas, Santiago, p. 147)