Comenzamos con el Programa de Pasantías de enero 2024
Tres estudiantes de Derecho se sumaron al equipo de Comunidad y Justicia, donde recibirán formación y experiencia en una de nuestras áreas.
Este lunes iniciamos las pasantías de Verano 2024, un programa que ofrece a las pasantes la oportunidad de aprender y contribuir en un área de Comunidad y Justicia. Durante tres semanas, las pasantes trabajarán junto a nuestro equipo y compartirán con ellos, apoyándonos con tareas específicas que se les encargaron.
Además, han comenzado a recibir formación en Derechos Humanos, Derecho Natural y Doctrina Social de la Iglesia.
Las participantes de este ciclo son: Teresita Croquevielle Rendic, estudiante de quinto año en la Universidad Católica; Narallan Paulett Espinoza Núñez, de la Universidad Finis Terrae, quinto año; y Verónica Casanova Bonilla, de la Universidad de los Andes, quinto año.
Las pasantes junto al Equipo Ejecutivo, en el inicio de las Pasantías de verano 2024.
Le deseamos a Teresita, Narallan y Verónica una enriquecedora experiencia en sus pasantías de verano. ¡Bienvenidas!
Javier Mena explica fallo judicial a favor de padres en contra del cambio de género de hija en EWTN Noticias
El primer Juzgado de Familia de San Miguel en Santiago de Chile falló a favor de los padres acusados por un centro de salud de negarse al cambio de identidad de género de su hija de 13 años.
Seguir leyendo «Javier Mena explica fallo judicial a favor de padres en contra del cambio de género de hija en EWTN Noticias»Agenda legislativa: 22 al 26 de enero
Agenda legislativa: 29 de enero al 2 de febrero
Agenda legislativa: 15 al 19 de enero
Roberto Astaburuaga: “Hacia una nueva cuestión social: el endeudamiento familiar”
El primer centenario de Chile dejaba tras sí a una inmensa de mayoría de chilenos sumidos en pésimas condiciones de vida y laborales. Durante el siglo XX, la situación fue mejorando paulatinamente. Pero la irrupción de un capitalismo feroz deja al bicentenario chileno con familias, si bien en mejores condiciones materiales de vida, sometidas a un nivel de endeudamiento que puede ser una de las causas de la cuestión social 2.0.
Las distorsiones del sistema económico y financiero y la facilidad en el préstamo pueden reventar en un círculo de endeudamiento del que parece imposible de salir, aun cuando exista una voluntad real de pagar. Como advertía el profesor Julio Alvear en 2012, “una cosa es incentivar la expansión de crédito y otra el encarecimiento de la deuda. El axioma ‘deudores más pobres con créditos más caros’ ha llegado a ser en Chile una dura realidad para muchos hogares que viven de su empleo y sus avatares”. Lo cierto es que muchos hogares son esclavos de una deuda que sólo se expande y no se reduce.
De acuerdo con la Encuesta Financiera de Hogares 2021 del Banco Central, el 57,4% de las familias tiene algún tipo de deuda, y la mediana de ellos destina un 21% de sus ingresos mensuales al pago de deudas que representan 3,5 veces dicho ingreso. Si bien los números han experimentado una disminución en comparación con 2017, la tendencia a la baja se explica más por las ayudas socio económicas que se entregaron durante la pandemia y los retiros de AFP, que por una mejora real.
En este sentido, el 49% de los hogares endeudados tiene deudas no hipotecarias, con una mediana de 2 millones de pesos. Por otro lado, de acuerdo con el Informe de Endeudamiento 2022 de la Comisión para el Mercado Financiero, la deuda mediana de consumo es de $1,3 millones, y un 97% de los deudores en la muestra presenta algún tipo de deuda de consumo: 45,6% mantiene deuda en tarjetas de crédito bancarias, 9,4% en emisores de tarjetas no bancarias y 67,2% en tarjetas de sociedades de apoyo al giro bancario. En términos de montos, la deuda de consumo representa un 26,6% del total de la deuda de los hogares, siendo los productos de mayor incidencia los créditos en cuotas (15,1%), tarjetas de sociedades de apoyo al giro bancario (5,2%) y tarjetas de créditos bancarias (5,1%).
Las deudas de consumo se mantienen gracias a los altos intereses, los que, por si solos, pueden llegar a duplicar el monto de la deuda original. Un mecanismo que provoca esto es el anatocismo: la capitalización de intereses sobre el monto insoluto de la deuda de capital, monto total sobre el cual se cobran nuevos intereses. Esto supone un deudor moroso que repacta su crédito. Si a esto se le suma las cláusulas de aceleración, el interés por riesgo o las comisiones injustificadas, la burbuja terminará por explotar.
Esta situación ha sido advertida y se ha reflejado en distintos proyectos de ley que no han conocido la luz y duermen en los escritorios del Congreso, como los presentados por la senadora Rincón en 2019 o el diputado Calisto en 2021, archivado el primero y pendiente en tramitación el segundo. La necesidad de regular, prohibir y limitar determinados abusos del sistema financiero, sin poner en peligro la seguridad jurídica ni generar incentivos perversos para aprovecharse, como ha ocurrido con la Ley de Fraudes, es manifiesto para la tranquilidad económica y mental de las familias endeudadas. No se trata de un “perdonazo”, sino de ayudarlas a pagar, pero lo que corresponde: ni más, ni menos.
Hace 100 años, la realidad chilena era diferente a la actual y enfrentaba sus propios problemas, y muchas familias sufrieron por no atenderse su indigna situación a tiempo. Hoy, con más datos y recursos, se puede comenzar a atajar solo una de las injustas causas del malestar que vive cada familia chilena. En último término, se trata del respeto a la dignidad humana, pues, como sostenía San Juan Pablo II en la Carta Encíclica Centesimus Annus (1991), “(…) la libertad económica es solamente un elemento de la libertad humana. Cuando aquella se vuelve autónoma, es decir, cuando el hombre es considerado más como un productor o un consumidor de bienes que como un sujeto que produce y consume para vivir, entonces pierde su necesaria relación con la persona humana y termina por alienarla y oprimirla”.
Roberto Astaburuaga: “Las feministas van por los objetores de conciencia”
Para el feminismo, pareciera que los últimos años han sido del todo o nada. Envalentonadas con la ley de aborto en tres causales en 2017, apostaron a doblar la apuesta y tantear un proyecto de ley de plazos de aborto en 2021, pero les fue mal. Paralelamente en la Convención, apostaron por consagrar el aborto libre como un derecho fundamental y restringir, si es que no eliminar, la objeción de conciencia personal e institucional. Pero a los chilenos no les gustó y les mandaron un portazo. Mismo portazo, no tan estruendoso, que recibió la propuesta del Consejo, y aunque las feministas intentan atribuírselo a que las tres causales son intocables, el sector de la derecha que votó por el En Contra impide esa interpretación.
Creen que el partido está “empatado”: ni más ni menos que las tres causales. Constatando que estuvo en riesgo ese “avance histórico y civilizatorio”, la lucha no puede continuar sin consolidar lo ganado. No pueden avanzar con el aborto sea por la vía de causales o por la de plazos. Así lo ha reconocido la ministra Orellana, aunque el programa de Gobierno diga otra cosa y deba soportar el látigo de las compañeras boquiabiertas por el gobierno más feminista, pero absolutamente inútil en cuanto a lograr legalizar el aumento de asesinatos de niños no nacidos. Importante recordar eso: el aborto es la destrucción, vía desmembramiento con tenazas u otros métodos, de un niño inocente e indefenso, cuyo único pecado es existir.
Como la agenda no puede desaparecer (“que la derecha ultrafascista nos quita derechos, que los conservadores negacionistas, etc.”), sedientas, buscan una nueva víctima. Y la encontraron, aunque estaba bajo el radar desde la discusión legislativa y la sentencia del TC: objetores. ¿Qué es eso de objetar la decisión una mujer? ¿Cómo han osado a subordinar la voluntad de la mujer a la obediencia de la conciencia? ¡Malditos obstructores! Aunque quizás deberían ocupar el lenguaje inclusivo y decir ¡Malditas obstructoras!
Un estudio de 2021 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile señala que el 63,8% de los objetores son mujeres: entre los profesionales médicos, el 38% de los gineco-obstetras y el 43% de los anestesistas objetores, son mujeres, pero el 88% de los profesionales no médicos y el 95% de los técnicos de enfermería que son objetores son mujeres. Un dato del que no hay noticias es el sexo de los niños no nacidos que son abortados, pero es necesario saber si las feministas han impulsado una cuestión realmente paradójica: el femicidio fetal.
La objeción de conciencia es la última garantía de que una persona pueda vivir coherentemente respetando sus convicciones. Pero al feminismo esto le importa poco y nada. Dicen que están de acuerdo con la objeción de conciencia, pero que es “demasiado amplia”, “que se presta para abusos” y “que impide que la ley sea eficaz”. Así, la doctrina se ha encargado de ir cerrando el cerco sobre los objetores, proponiendo nuevas trabas y dificultando su ejercicio, sea aumentando los requisitos para ser declarado objetor, reducir la cantidad de profesiones que pueden declararla, eliminar la objeción de conciencia del sistema público de salud, prohibición de la objeción de conciencia institucional, etc. A lo anterior se suman las iniciativas que buscan “educar” a los profesionales de salud en la aplicación de la ley. Al final, es la intolerancia contra quienes no piensan como ellas y actúan de forma coherente.
El feminismo abortista consolida su rojo camino con la coerción del espacio más sagrado de la persona: su conciencia.
Agenda legislativa: 8 al 11 de enero
Roberto Astaburuaga: “Femicidios”
Las feministas son el peor enemigo de las mujeres, decía Alice von Hildebrand en su libro «El privilegio de ser mujer». Basta ver los frutos de las titulares feministas de los Ministerios de la Mujer en distintos países para comprobar cuán cierto es.
En España, Irene Montero fue la titular del Ministerio de Igualdad entre enero de 2020 y noviembre de 2023. Famosa se volvió la ley “solo sí es sí” que eliminó la distinción entre agresión y abuso sexual y redujo las condenas por delitos de agresión y violación, lo que provocó que, al 1º de junio de 2023, los tribunales españoles acordaran 1.127 rebajas de pena y 115 excarcelaciones de condenados por delitos sexuales. Inolvidable será su preocupación por los niños cuando sostuvo que “tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quienes les dé la gana, basados eso sí en el consentimiento”. Bajo su mandato, los femicidios aumentaron de 50 en 2020 a 55 en 2023, y como el peor año en relación al 2019 (56).
En Argentina, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades fue dirigido por Elizabeth Gómez (diciembre de 2019 a octubre de 2022) y Ayelén Mazzina (octubre de 2022 a diciembre de 2023), hasta que el nuevo Presidente, Javier Milei, ordenó su transformación -no eliminación- en la “Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género” a cargo del Ministerio de Capital Humano.
En su carta de renuncia, Gómez señaló que, mientras fue ministra, los femicidios y travesticidios disminuyeron en un 14%, números que no cuadran si se considera que en 2022 hubo 226 víctimas y en los primeros siete meses de 2023 fueron 190. Lo curioso es que, según un informe del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), que analizó el impacto de los homicidios en la Argentina en el período 2001-2021, los homicidios -sin distinción por sexo- habían disminuido en los últimos 8 años, lo que no se habría reflejado en la tasa de femicidios, la que se habría mantenido constante. Lo anterior en el contexto de ubicar a Argentina como un país pionero en la elaboración de leyes y políticas públicas diseñadas especialmente para luchar contra “la violencia de género”. Quizás los fondos se destinan a otras cosas como capacitaciones sobre “diversidades”, promoción de la “sororidad” o fortalecimiento de cupos de género para la élite feminista argentina.
En Chile, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género fue creado en 2015. En 8 años, pasaron por la cartera Claudia Pascual en Bachelet II, Isabel Plá, Macarena Santelices y Mónica Zalaquett en Piñera II, y Antonia Orellana en el gobierno frenteamplista de Gabriel Boric. El 19 de diciembre de 2023, la Ministra Orellana entregó el Informe Anual del Circuito Intersectorial de Femicidios del 2022. Los datos: existe un aumento constante de femicidios frustrados: 151 en 2020, 163 en 2021, 180 en 2022 y para el 2023 la cifra salta a 208, según cifras del Servicio Nacional de la Mujer. Según datos de la Fiscalía, los femicidios consumados han sido 29 en 2018, 45 en 2019, 47 en 2020, 55 en 2021 y 52 en 2022. Al 18 de diciembre de 2023, se han cometido 39 femicidios.
Las tres ministras comparten un diagnóstico común: existe una estructura opresora machista (“el patriarcado”) sobre la mujer y una relación de oposición dialéctica entre ella y el hombre. Mujer víctima y hombre victimario.
Los problemas son otros. No es que un hombre mate a una mujer por el mero hecho de ser mujer. De partida, la calidad de víctima o de victimario no puede depender de su sexo, sino del acto que se realiza o padece. Luego, se deben revisar las causas. El asesinato puede responder a celos, alcohol o drogas, ocultar otro delito, etc. Esos son los motivos que se deben estudiar y enfrentar. El peligro y daño que se genera entonces, es evidente. Por un lado, se desatienden las causas reales de los asesinatos de personas, sean hombres o mujeres, y, por otro, se priorizan y financian “soluciones” inspiradas en diagnósticos ideológicos y sin asidero en la realidad.
En lugar de potenciar programas sociales que se enfoquen en ayudar a las familias a resolver sus problemas y disminuir los niveles de agresividad, angustia y estrés, tenemos un Ministerio preocupado del “lenguaje inclusivo”, de la celebración del día de “el feminismo, la violencia de género, el femicidio, etc.”, de la destrucción de los “estereotipos de género” y la “diplomacia exterior feminista”. Feminismo champán y de cartón.
Ni el Gobierno ni los chilenos deberían sorprenderse si las cifras de femicidios aumentan este 2024. Siempre que las soluciones feministas intenten imponerse a la realidad, fracasarán una y otra vez; los problemas no se resolverán, pues sus causas no son atendidas, y el sufrimiento y la rabia aumentarán. Pero sólo celebran los intelectuales y políticos que lucran con el dolor. Todos sabemos que, al final del día, el feminismo es un buen negocio.