![](https://comunidadyjusticia.cl/wp-content/uploads/2023/01/Roberto-Astaburuaga_-Caminaran-pisando-huevos-_-Comunidad-y-Justicia.png)
Se ha vuelto costumbre en Chile atacar y reírse de la religión cristiana y de sus símbolos sagrados. La decisión de que la canción Infernodaga, abundante en blasfemias, tanto en su letra como en su representación, sea la que represente a Chile en el próximo Festival de Viña del Mar es la última muestra de un desprecio a materias propias de la identidad chilena como la religión cristiana y los símbolos patrios.
En la edición número 64 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, Chile se presenta con un mensaje anticristiano, en el que se burla de Jesucristo, de su corona de espinas y de sus llagas. No sabemos las razones de los organizadores para elegir una canción que abunda en odio e insultos, porque el video no admite dobles lecturas y las excusas de ser “arte” o “muestra de expresión cultural” simplemente no logran esconder ni justificar la verdad. Las cosas son lo que son y no lo que se dice que son.
Infernodaga se suma a la lista de eventos como el Banderazo del Apruebo en 2022 o la ratificación de Peso Pluma en el Festival de Viña, a pesar de su vinculación con el narcotráfico. En esa última ocasión, el argumento para ratificar al cantante fue que no procedía la censura y la discriminación. Alberto Mayol respondió que se terminaba ensalzando la figura de Peso Pluma. Con Infernodaga pasa algo similar. Como es casi imposible que los organizadores se atrevan a revertir la decisión por el temor a sufrir las típicas funas matonescas y al llanterío victimista de los colectivos del abecedario multicolor, los cristianos, chilenos y extranjeros, tendrán que aguantarse, por enésima vez, ver como se burlan y ridiculizan su fe, a nivel nacional e internacional.
Dani Ride, autor de la canción, ha defendido que el video tiene que ver con los abusos de la Iglesia Católica y la represión y persecución contra la comunidad LGBetc, y eso es lo que “quise criticar usando simbologías”. Su razón es bastante irracional, y casi barbárica, al estilo “ojo por ojo, diente por diente”, aun si se disfraza de libertad de expresión para atacar la libertad religiosa, porque no se aplican la vara con la que miden a los demás. Para ellos, el respeto a la diversidad constituye un derecho a insultar impunemente a otros. Pero ¡ay! del que ose a hacer un chiste sobre ellos, como el del verdadero significado del acrónimo L(iberty) G(uns) B(eer) T(rump). Notable, pero esperable, su hipocresía y doble estándar.
En fin, de ser un evento familiar, el Festival retrocede a una performance de mal gusto, que es mejor saltarse o apagar. ¿Qué dirán los padres con sus hijos al lado? Por supuesto que luego de su emisión existirán reclamos y las tibias disculpas y explicaciones posteriores, pero el daño estará hecho. Espero que los cristianos tengan la valentía de defender su fe e incluso que ateos y agnósticos o de religiones no cristianas que consideran inaceptable burlarse de una religión sean capaces de denunciarlo.