Por: Roberto Astaburuaga
En el día de San José, recomendamos un libro escrito por Klaus Droste, “La palabra paterna”. Los capítulos 17 al 20 son especialmente interesantes, pues son los apartados que hablan propiamente tal sobre el don de la paternidad.
El autor, ocupando un lenguaje docto pero sencillo, aborda este tema desde la psicología y la filosofía, mostrándonos un contenido muchas veces desconocido, y que atrae por la novedad y claridad de sus afirmaciones.
El libro profundiza sobre el lugar que ocupa el padre en la familia, ilustrando la importancia de la forma de enseñar a los hijos y de comunicarse con ellos. La paternidad pone así la exigencia de una sincera donación de sí mismo a otro, lo que constituye al padre en luz del camino familiar.
El grandioso contenido de la paternidad se va desenvolviendo a través de las virtudes de la justicia, la prudencia, la ciencia y la religión, al desarrollar aspectos como la autoridad, el servicio, la vida interior, la paz y la amistad.De este modo, el autor recalca el papel fundamental del padre en la formación de la conciencia del hijo, para lo cual es necesario que él tenga un orden interior que le permita una verdadera donación sincera de sí:
Cuando el padre vive como tal, afirma con su vida categórica y radicalmente que vivir es reinar, que reinar es servir y que servir es darse. Así, lo más representativo de la paternidad es el cuidado de otro, la defensa gozosa del bien de otro.
En esta tarea de formar a los hijos, son de especial importancia la fuerza auxiliadora y la claridad racional de los padres, lo cual dispone una sustancial relación espiritual entre unos y otros, construida “sobre la base de que los niños son queridos por ellos mismos, son mirados personalmente y especialmente amados, porque entre sus padres reina un inmenso amor”.
Actualmente el mundo ha dejado de lado la figura del padre y el lugar insustituible y esencial que ocupa en la constitución de la familia y en la formación de los hijos. La obra de Klaus Droste se encarga de entregar los profundos fundamentos para comprender lo necesaria que es y, por tanto, sus ideas pueden ser muy útiles con miras a restaurarla. Al mismo tiempo, el libro no se queda en afirmaciones puramente abstractas (lo que ya tiene un valor de suyo), sino que muestra el sentido de sus afirmaciones con sencillos ejemplos del día a día. Todo esto hace de “La Palabra Paterna” un gran libro, que recomendamos leer