Este jueves 8 de septiembre, la Iglesia no sólo celebra la fiesta de la natividad de la Virgen María, sino también en aniversario número 114 de la promulgación de la Encíclica Pascendi, donde el Papa San Pío X crítica el modernismo. Y para entender a qué se refiere este pontífice con «modernismo», les dejamos una pequeña selección de extractos de la citada encíclica.

“Al oficio de apacentar la grey del Señor que nos ha sido confiada de lo alto, Jesucristo señaló como primer deber el de guardar con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, tanto frente a las novedades profanas del lenguaje como a las contradicciones de una falsa ciencia. No ha existido época alguna en la que no haya sido necesaria a la grey cristiana esa vigilancia de su Pastor supremo; porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del género humano, «hombres de lenguaje perverso»1Hch 20,30 «decidores de novedades y seductores»2 Tit 1,10, «sujetos al error y que arrastran al error».»32 Tim 3,13. (Intro.)

«Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.» (Párr. 1)

“(…) ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en nuestros días, el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas; y el daño producido por tales enemigos es tanto más inevitable cuanto más a fondo conocen a la Iglesia. Añádase que han aplicado la segur no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que circule el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper. Y mientras persiguen por mil caminos su nefasto designio, su táctica es la más insidiosa y pérfida. Amalgamando en sus personas al racionalista y al católico, lo hacen con habilidad tan refinada, que fácilmente sorprenden a los incautos”. (Párr. 2)

“Los modernistas establecen, como base de su filosofía religiosa, la doctrina comúnmente llamada agnosticismo. La razón humana, encerrada rigurosamente en el círculo de los fenómenos, es decir, de las cosas que aparecen, y tales ni más ni menos como aparecen, no posee facultad ni derecho de franquear los límites de aquéllas. Por lo tanto, es incapaz de elevarse hasta Dios, ni aun para conocer su existencia, de algún modo, por medio de las criaturas: tal es su doctrina. De donde infieren dos cosas: que Dios no puede ser objeto directo de la ciencia; y, por lo que a la historia pertenece, que Dios de ningún modo puede ser sujeto de la historia.” (Párr. 4)

“El tránsito (…) [de la inmanencia vital al agnosticismo] es como sigue: natural o sobrenatural, la religión, como todo hecho, exige una explicación. Pues bien: una vez repudiada la teología natural y cerrado, en consecuencia, todo acceso a la revelación al desechar los motivos de credibilidad; más aún, abolida por completo toda revelación externa, resulta claro que no puede buscarse fuera del hombre la explicación apetecida, y debe hallarse en lo interior del hombre; pero como la religión es una forma de la vida, la explicación ha de hallarse exclusivamente en la vida misma del hombre. ”(Párr. 5)

“¡Cúmulo, en verdad, infinito de sofismas, con que se resquebraja y se destruye toda la religión!” (Párr. 10)

“Ciegos, ciertamente, y conductores de ciegos, que, inflados con el soberbio nombre de ciencia, llevan su locura hasta pervertir el eterno concepto de la verdad, a la par que la genuina naturaleza del sentimiento religioso: para ello han fabricado un sistema «en el cual, bajo el impulso de un amor audaz y desenfrenado de novedades, no buscan dónde ciertamente se halla la verdad y, despreciando las santas y apostólicas tradiciones, abrazan otras doctrinas vanas, fútiles, inciertas y no aprobadas por la Iglesia, sobre las cuales —hombres vanísimos— pretenden fundar y afirmar la misma verdad4Gregorio XVI, enc. Singulari Nos, 25 junio 1834.. Tal es, venerables hermanos, el modernista como filósofo.” (Párr. 11)

«El filósofo [modernista] afirma: el principio de la fe es inmanente; el creyente añade: ese principio es Dios; concluye el teólogo: luego Dios es inmanente en el hombre. He aquí la inmanencia teológica. De la misma suerte es cierto para el filósofo que las representaciones del objeto de la fe son sólo simbólicas; para el creyente lo es igualmente que el objeto de la fe es Dios en sí: el teólogo, por tanto, infiere: las representaciones de la realidad divina son simbólicas. He aquí el simbolismo teológico. (párr. 18)

«así los sacramentos se ordenan al sentimiento religioso: nada más. Hablarían con mayor claridad si afirmasen que los sacramentos se instituyeron únicamente para alimentar la fe; pero eso ya lo condenó el concilio de Trento5Sess. 7. De sacramentis in genere can. 5: «Si alguno dijere que estos sacramentos no fueron instituidos sino sólo para alimentar la fe, sea excomulgado».» (Párr. 20)

«Algo hemos indicado ya sobre la naturaleza y origen de los libros sagrados. Conforme al pensar de los modernistas, podría no definirlos rectamente como una colección de experiencias, no de las que estén al alcance de cualquiera, sino de las extraordinarias e insignes, que suceden en toda religión. (…) Eso cabalmente enseñan los modernistas sobre nuestros libros, así del Antiguo como del Nuevo Testamento.» (Párr. 21)

«(…) así como se dice que la Iglesia nace de la colectividad de las conciencias, por igual manera la autoridad procede vitalmente de la misma Iglesia. La autoridad, pues, lo mismo que la Iglesia, brota de la conciencia religiosa, a la que, por lo tanto, está sujeta: y, si desprecia esa sujeción, obra tiránicamente. Vivimos ahora en una época en que el sentimiento de la libertad ha alcanzado su mayor altura. En el orden civil, la conciencia pública introdujo el régimen popular. Pero la conciencia del hombre es una sola, como la vida. Luego si no se quiere excitar y fomentar la guerra intestina en las conciencias humanas, tiene la autoridad eclesiástica el deber de usar las formas democráticas, tanto más cuanto que, si no las usa, le amenaza la destrucción.» (Párr. 22)

«Hay aquí un principio general [para los modernistas]: en toda religión que viva, nada existe que no sea variable y que, por lo tanto, no deba variarse. De donde pasan a lo que en su doctrina es casi lo capital, a saber: la evolución. Si, pues, no queremos que el dogma, la Iglesia, el culto sagrado, los libros que como santos reverenciamos y aun la misma fe languidezcan con el frío de la muerte, deben sujetarse a las leyes de la evolución. No sorprenderá esto si se tiene en cuenta lo que sobre cada una de esas cosas enseñan los modernistas.» (Párr. 25)

“Pretenden asimismo que se debe variar la influencia del gobierno eclesiástico en los negocios políticos y sociales, de suerte que, al separarse de los ordenamientos civiles, sin embargo, se adapte a ellos para imbuirlos con su espíritu.”(Párr. 37)

“Piden que el clero se forme de suerte que presente su antigua humildad y pobreza, pero que en sus ideas y actuación se adapte a los postulados del modernismo.”(Párr. 37)

“¿Qué queda, pues, intacto en la Iglesia que no deba ser reformado por ellos y conforme a sus opiniones?” (Párr. 37)

“(…) cuando tratamos del modernismo, no hablamos de doctrinas vagas y sin ningún vínculo de unión entre sí, sino como de un cuerpo definido y compacto, en el cual si se admite una cosa de él, se siguen las demás por necesaria consecuencia. Por eso hemos procedido de un modo casi didáctico, sin rehusar algunas veces los vocablos bárbaros de que usan los modernistas.” (Párr. 38)

“Pero, por ahora, baste lo dicho para mostrar claramente por cuántos caminos el modernismo conduce al ateísmo y a suprimir toda religión. El primer paso lo dio el protestantismo; el segundo corresponde al modernismo; muy pronto hará su aparición el ateísmo.” (Párr. 40)

Acerca de la Pascendi

Un comentario en «Acerca de la Pascendi»

  1. Uruguay. 25 de Marzo de 2021. Fiesta del Consentimiento dado por la Virgen María para ser la Madre de Dios (Anunciación). Este día es el más importante de la Historia, porque Este Consentimiento habilitó Nuestra Redención y la Fundación de la Iglesia Católica. El Post que sigue – Providencialmente, por problemas técnicos – no fue publicado íntegro el 1/11/2019, solo se publicó su Resumen estando pendiente de Ampliación, conforme a lo dicho en el Post publicado el 14/8/2020 en el Blogger Sociedaduruguayafranciscobauza.blogspot.com.

    Viernes, 1 de noviembre de 2019
    Nuestra Insignia. Los principales Símbolos

    El Águila (1) que sin esfuerzo aferra con sus garras el Globo Terráqueo como una prolongación natural de su cuerpo.
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    (1) Escultura en bronce que acompañó la Época Fundacional del «Club Católico» de Montevideo (1875), y del que Francisco Bauzá fue «Alma Mater» hasta su muerte en 1899.

    Fortaleza de la Iglesia desde la que se defendió al Catolicismo como parte primera y esencial de la Identidad Nacional, y desde allí se organizaron ataques mortales contra el “Estado Laico” – Socialista y Totalitario – que con insolencia satánica la desafiaba.

    Hoy se encuentra (la Escultura) en su pedestal de madera tallada – como mudo testigo de un pasado pleno de gloria – en la Recepción de la Radio “Oriental” – mal llamada “la Radio de la Iglesia Católica» – que se instaló en el Edificio que otrora ocupara el «Club Católico» de Montevideo.
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    Es el Principal Símbolo, los demás solo se explican en función de El. Representa a la Virgen – Madre de Dios, Coronada en el Cielo por Su Divino Hijo como Reina y Señora de Todo lo Creado (5to. Misterio Glorioso), por tanto, Reina de la Historia.

    La Historia se desarrolla en el Globo Terráqueo y Ella ordena los acontecimientos Soberanamente.

    Lo Primero y Excluyente que Ella como Intermediaria entre Dios y los Hombres nos Exige, es que haciendo nuestro el Grito de Guerra de los Macabeos: “Más vale morir a vivir en una tierra devastada y sin Honor” (1er. Libro de los Macabeos), erradiquemos de la faz de la Tierra la Despenalización del Aborto – el Filicidio – sea en el Vientre Materno, sea por Descarte de Embriones en las Técnicas Complejas de Reproducción Humana Asistida.

    En esta Guerra que la Virgen – Madre de Dios nos pide, debemos combatir en dos frentes: el Interno (los enemigos que actúan dentro de la Iglesia) y el Externo (los enemigos que están fuera Ella).

    En el Interno debemos denunciar la Herejía (1.1.1.) que ha hecho posible la Despenalización del Aborto, culpable de millones de Filicidios.

    Niega – contradiciendo lo que Enseña el Magisterio Tradicional de la Iglesia (Págs. 3 a la 10, y 14 a 22) – que la Pena de Excomunión “latae sententia” (automática) prevista para el Delito de Aborto por el Canon 1398 – “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae” – del “Código de Derecho Canónigo” vigente, o el Canon 2350 – “Los que procuran el aborto, incluso la madre, incurren, si el aborto se verifica, en excomunión latae sententiae reservada al Ordinario; y si son clérigos, deben además ser depuestos” – del Código anterior, Promulgado en 1917 – realizado el primer aborto “legal” – alcance a todos los Católicos que a cualquier título – Individual, Votantes, Propagandistas, Promotores, Periodistas, integrantes del Gobierno, Parlamentarios, Jueces, etc. – fueran partidarios de la “ley” que lo despenalizó (Pág. 2).

    Y debemos Acusar a los Herejes, y por tanto Usurpadores de la “Cátedra de San Pedro” (1.1.1.2., Págs. 23 a 28), los mal llamados: Benedicto XV (1914-1922), Pío XI (1922-1939), Pío XII (1939-1958), Juan XXIII (1958-1963), Pablo VI (1963-1978), Juan Pablo I (1978), Juan Pablo II (1978-2005), Benedicto XVI (2005-2013), y el mal llamado Francisco I (2013 en adelante).

    Análogamente inculpamos también del Delito de Herejía y por tanto de Usurpadores de sus Cargos, a los mal llamados Cardenales, Arzobispos, Obispos, Sacerdotes y Religiosos que hubieran incurrido en similar Pecado de Omisión; y a los Seglares en lo que corresponda.

    El Papa San Pío X (1903 – 1914) fue el Ultimo Vicario de Cristo en la Tierra (1.1.2., Págs. 23 a 39), y Su Legado debe Guiarnos en la Fidelidad al Magisterio Tradicional de la Iglesia. Su Intercesión continua ante la Virgen-Madre de Dios nos fortalecerá en el “Buen Combate”.

    En el segundo frente (1.2., Págs. 39 a 42) – los Enemigos Externos de la Iglesia – debemos enfrentar al “Eje Comunista” conformado por los Gobiernos – ilegítimos y opresores de sus Pueblos – de Rusia, China e Irán y sus satélites: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, Vietnam, etc..

    Debemos – con serenidad y firmeza – gritar al Mundo que no aceptamos el “chantaje nuclear”, y que para el Católico – heredero de la Sangre de Mártires y Guerreros muertos en Lucha por la Fe – la vida terrena no es un objetivo absoluto, sino que es un medio para conquistar la Eternidad – “¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” San Mateo 8:36 – cumpliendo la Ley de Dios, la que el Comunismo viola absolutamente.

    Tenemos la obligación de Denunciar la Complicidad con el Comunismo y sus metamorfosis – Nazismo, Fascismo, Falangismo, Socialismo, SocialDemocracia, Democristianismo, Socialismo del S.XXI, Progresismo “Católico”, Feminismo, Ideología de Género, etc. – durante los Siglos XX y XXI de muchos Gobiernos de Occidente, particularmente de los Gobiernos de los EEUU – traicionando al Pueblo Norteamericano – como el actual, Presidido por D. Trump.

    El Comunismo y la Herejía se compenetran en la Despenalización del Aborto.

    Francisco Bauzá (1849 – 1899) es el “Varón Católico”, bajo cuyo patrocinio nos ponemos y que desde la Corte Celestial intercede por nosotros ante la Virgen – Madre de Dios (Págs. 44 a 49).

    Sol de la Iglesia y de la Patria (6., Pág. 44), ha sido puesto en el más brutal y radical de los ostracismos por la Historia Oficial de la Iglesia y del Uruguay, pero como “el Sol no se puede tapar con las manos” y la Madre de Dios es la Reina de la Historia, nosotros creemos que está en sus inescrutables designios, el resurgimiento glorioso y la exaltación de este paradigma del Catolicismo de todos los tiempos.

    Los demás Símbolos de Nuestra Insignia – 2. “Inimitias ponam inter te et Mulierem…” (Gen. 3;15); 3. El Santísimo Rosario; 4. La Corona de Espinas; 5. La Flor de Lis sobre el fondo Azul Francia, (Págs. 43 y 44) – los explicamos en el Post que sigue.
    http://sociedaduruguayafranciscobauza.blogspot.com

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