Author : Comunidad y Justicia

Lienzo conmemorativo del Día del que Está por Nacer y de la Adopción finalmente será instalado en edificio público de Valparaíso

Un acuerdo al que llegaron los abogados de nuestro Equipo Judicial con la Delegación Presidencial Regional de Valparaíso permitirá la instalación del lienzo conmemorativo dentro de los próximos días y garantizará acceso transparente a información sobre la posibilidad de poner carteles en edificios públicos.

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Nuevo libro “La Convención Constitucional Circo y máquina” fue presentado por sus autores en un evento organizado por Ediciones El Líbero

La obra ofrece una mirada detallada del proceso constitucional, que los autores pudieron observar de primera mano como asesores, y de los fundamentos ideológicos que inspiran la propuesta rechazada y la motivación de la nueva izquierda.

El 12 de diciembre en un evento organizado por Ediciones El Líbero, Roberto Astaburuaga, Rosario Corvalán y Vicente Hargous presentaron el libro “La Convención Constitucional Circo y máquina”, un análisis que profundiza en los fundamentos ideológicos de la Convención Constitucional y recoge la experiencia de sus autores como asesores de algunos convencionales durante el proceso constituyente. La obra ya está disponible en librerías, en el sitio web de Ediciones El Líbero y en Amazon. 

La presentación la comenzó nuestra abogada Rosario Corvalán, quien explicó el título sosteniendo que: “fuimos desmitificando la idea de que eran personas que no trabajaban o de que era puro caos. Había una máquina que trabajaba y que elaboró más de 500 artículos antes de pasar por el cedazo de la armonización”, dijo. 

Luego continuó el autor Roberto Astaburuaga, quien argumentó que el resultado del plebiscito no representa una derrota definitiva para el apruebo: “la izquierda seguirá luchando por su propuesta, ya que cree que la Constitución actual tiene ‘candados’ que impiden cambios importantes. La izquierda argumentará que el nuevo proceso y la eventual nueva Constitución también tendrán estos ‘candados’. La derecha, por otro lado, ve el resultado del plebiscito como una conclusión, mientras que la izquierda lo ve como un proceso en el que sólo estarán satisfechos cuando tengan una Constitución que refleje sus intenciones o su ideología política”.

El lanzamiento lo concluyó Vicente Hargous con un análisis sobre las ideologías refundacionales que se vieron reflejadas en la Convención, enfatizando la probabilidad de que estas persistan en el nuevo proceso: “Una nueva Constitución, aunque tenga una redacción entre comillas más moderada, con una cosmética más moderada, probablemente lo que se discuta en el futuro mantendrá una tónica similar y seguirá promoviendo las mismas ideologías dañinas”.

A continuación compartimos el video del lanzamiento del libro “La Convención Constitucional: Circo y máquina”, de Roberto Astaburuaga, Rosario Corvalán y Vicente Hargous, y una versión resumida de las tesis del libro publicada en la Revista Suroeste:

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Roberto Astaburuaga: “El calvario para llegar a una nueva Constitución”

El proceso para tener una nueva Constitución consta de varias etapas y los políticos recién terminaron la primera. Las conversaciones y decisiones que se han ventilado anticipan un proceso bastante más complejo y controlado. Pero ese afán de impedir fisuras que posibiliten un Rechazo 2.0 abre nuevas dudas y deja cabos sueltos. Aun con el acuerdo, las contingencias surgen en cada etapa y cada una afectará, en mayor o menor medida, el resultado del plebiscito de salida.

Firmado el acuerdo, se elaborará el proyecto de reforma constitucional, tal como en 2019. Tendrá el desafío de tener, en un tiempo acotado, una discusión sobre las 12 detalladas bases que establecen un mínimo protegido.

Lo anterior no es menor, pues existirá una mayor posibilidad de judicialización del proceso. Por otro lado, en una de las sesiones de la Mesa Técnica de 2019 se afirmó que, ante un fracaso del proceso, sería necesario un nuevo acuerdo político para seguir con el proceso constitucional. Pues bien, si fracasa el segundo proceso, ¿existirá un tercer acuerdo político? ¿Esta segunda oportunidad, es la última o siempre se podrá invocar el comodín del plebiscito de entrada del 25-O? Por último, ¿el proyecto de reforma contará con una norma similar al inciso final del artículo 142 de la Constitución vigente y una promesa de cerrar el tema, cualquiera sea el resultado?

Redactado el proyecto de ley, el Congreso deberá abocarse, rápidamente, a su tramitación. Pero la elección del presidente de la Cámara de Diputados o del Fiscal Nacional en el Senado no son señales que aseguren su aprobación.

El sabor de ser el voto decisivo ha sido probado por demasiados, independientes y partidos nuevos o quebrados, y sin duda lo harán valer. ¿Garantías de ordenar coaliciones, bancadas o partidas? Pocas o ninguna: retiros del 10%, acusaciones constitucionales, estados de excepción, plebiscito de salida y elecciones administrativas constituyen importantes precedentes. Por otro lado, ¿se respetará el acuerdo o existirán proyectos de ley que alteren las reglas del juego como ya ocurrió? Hasta el momento se ha denunciado esos errores, pero ¿se incluirán en el proyecto de reforma?

Aprobada la reforma por el Congreso, el camino se bifurca: nombramiento de los expertos para que trabajen en un anteproyecto y de los árbitros del proceso, y elección de los consejeros constitucionales.

La soberanía popular será bypasseada, y no solo por excluir un plebiscito de entrada. Ya conscientes del problema que generó no tener un control estricto y cercano sobre las candidaturas, los partidos evitarán malas sorpresas y propondrán pocos e intachables nombres. Nosotros, el pueblo, no seremos expuestos a listas interminables de candidatos, ya que los partidos nos harán el trabajo, presentando un ramillete de opciones cuidadosamente elegido y revisado. Por supuesto, un requisito para el trabajo, aparte de la docilidad, será no ser bueno para el show. 

La Comisión Experta elaborará un anteproyecto, aunque nada se dice en el acuerdo sobre el reglamento, procedimiento e insumos que ocuparán, salvo el quorum de 3/5, y habrá que esperar la decisión del Congreso.  

El Comité Técnico de Admisibilidad tendrá su primer trabajo, si es que 10 expertos recurren a él. Sin embargo, se trataría de un órgano que revisaría la compatibilidad con las bases constitucionales una vez votadas, y no presentadas, como pareciera que sugiere su nombre. Convendría aclarar que también tendrá facultades para resolver las reclamaciones por vicios formales o si se mantendrá la acción del artículo 136 del proceso anterior.

Para abril de 2023, los expertos tendrán a la vista la integración del Consejo Constitucional y es probable que la votación de las normas cruciales se retrase para un momento posterior a esa fecha.

Si bien los integrantes del Comité y la Comisión son designados por el Congreso en proporción a las fuerzas parlamentarias, el Consejo puede resultar integrado con una proporción favorable a las fuerzas políticas que no gozan de una gran representación parlamentaria. PDG y Republicanos analizarán la fórmula que les garantice una mayor representación en el Consejo, considerando su influencia en el norte y sur de Chile, respectivamente.

Pero Amarillos y Demócratas siempre pueden sorprender. Electos los convencionales y aprobado el anteproyecto por los no expertos, el trabajo tomará un rumbo cínico y monótono. Lo esencial ya estará decidido, por lo que las modificaciones que se aprueben no serán sustanciales y los expertos tendrán su poder de veto al final del proceso. En esta etapa, el control de los partidos será mayor para evitar a toda costa episodios como el de Rojas Vade o Elsa Labraña, o normas maximalistas, absurdas o impertinentes que auguren el enojo de los votantes. Basta que exista un solo episodio, y ni siquiera tan grave, para echar todo el trabajo por la borda.

La vara de paciencia de la ciudadanía, en medio de una crisis de seguridad y economía, será alta y no estará dispuesta a aguantar que se rían en su cara… por segunda vez.

Redactado y aprobado en su totalidad el proyecto de Constitución por los consejeros, antes del plebiscito de salida, la Comisión Experta lo revisará. Si no les gusta o lo consideran “refundacional” o “neoliberal”, pero a la ciudadanía (o a las encuestas) sí, ¿Se atreverán a realizar modificaciones profundas y oponerse a lo decidido por los consejeros o escucharemos una nueva versión de “La ley lo arreglará”?

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Futura Ley Adriana presenta varios problemas que vulnera otros derechos

La abogada de nuestra corporación Rosario Corvalán expuso ante la comisión de Mujer y Equidad de Género del Senado sobre el proyecto de ley que establece «derechos» en el ámbito de la gestación, preparto, parto, postparto, aborto, salud ginecológica y sexual, y sanciona la violencia gineco-obstétrica.

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Roberto Astaburuaga: “Las concesiones constituyentes de Apruebo Dignidad”

Las concesiones de Apruebo Dignidad en la discusión constitucional son profundas. Ceder en la fórmula del órgano redactor (mixto o designado) se considerará una traición a su proyecto político, la independencia del mismo una ilusión y la participación ciudadana un blanqueamiento del proceso.

El diseño que actualmente se discute corresponde al de una Convención Mixta, solo que, en vez de ocupar un criterio de integración en un mismo espacio temporal (que sería la propuesta del Partido Demócrata), separa sus funciones en dos momentos, y tal como ocurre con la idea de Amarillos (100% designados) serían variantes de fórmulas rechazadas o no contenidas en la segunda papeleta del plebiscito de entrada.

La izquierda radical (promotora de un órgano 100% electo) advirtió esto, pero Jaime Ravinet, en una carta del jueves 24 de noviembre en El Mercurio, señaló que el efecto del plebiscito de entrada se agotó legal y constitucionalmente. ¿Cuál sería entonces la justificación de un nuevo acuerdo y Constitución? Para el ex ministro, se trataría del respaldo de una mayoría de la población chilena. ¿Y cuál es la forma de verificar la existencia de ese respaldo? Las encuestas. Pero son esas mismas temidas y escrutadas encuestas, las que señalan que el tema constitucional no es una prioridad para los chilenos o que tiene que haber un plebiscito de entrada.

Ante las declamaciones sobre el omnipotente poder constituyente originario, el oficialismo ofrece un mecanismo que deja en el Congreso el control en 3 aspectos. El Congreso redactará el Reglamento (aplicándose supletoriamente el del Senado) del nuevo órgano redactor; elegirá a los integrantes del Comité de Expertos que elaborará la nueva propuesta constitucional que será votada por el Cabildo, y como vimos, es una mera formalidad, y nombrará al Comité Técnico que deberá resolver las controversias respecto a doce bases intocables que, cual norma convencional, destacan por su extensión y detalle, con un procedimiento bastante menos rígido y abierto a la judicialización del nuevo proceso.

A su vez, a la fiscalización -“participación”- de los expertos durante el trabajo de los convencionales, se sumará la de los políticos, especialmente de los que han llevado adelante el acuerdo, pues ninguno querrá ser sindicado como responsable de un segundo Rechazo por cometer el mismo error… ¿Qué tipo de autonomía existe con este nivel de control?

Esta materia en Apruebo Dignidad es especialmente sensible. Desde 2019 defienden que el órgano redactor debe ser 100% electo, pues mantener esta posición asegura la fidelidad de las bases. Sin embargo, existe el riesgo de un bloqueo o punto muerto de las negociaciones debido a su intransigencia, y acumular una segunda derrota histórica. Ceder a una integración designada o mixta sería un paso más que los aleja de su proyecto político y disminuye las posibilidades de lograr una integración favorable, pero permite lograr el sueño de tener una nueva Constitución.

¿Fidelidad a las bases o tener una nueva Constitución? ¿(Segunda) oportunidad desperdiciada o darle viabilidad al proceso constitucional? Como si se tratara de la apertura del Gambito de Reina en ajedrez, la casa política del Presidente se enfrenta a esa decisión: aceptar el gambito, significa ceder el corazón de su postura, renunciando a sus expectativas de obtener una integración favorable. ¿Y que obtiene a cambio? Llegar a un acuerdo que permita comenzar el camino para obtener un segundo borrador constitucional. Pero si lo rechazan, a diferencia de lo que ocurre en el ajedrez, se acaba el juego. Por eso no sorprenden las interpelaciones que se han escuchado en los últimos días para que tome una decisión.

Alguno podrá sostener que durante el trabajo del órgano redactor se incluirán mecanismos de participación ciudadana, pero se trataría de un blanqueamiento y no de una verdadera oportunidad de incidir.

En efecto, la propuesta del oficialismo contempla dos periodos de cinco meses para la redacción de la nueva Constitución: primero por los expertos y luego por los convencionales, en donde los segundos votarán el borrador que elaboren los primeros. Por supuesto, se trata de una votación simbólica para dar la imagen de que el órgano redactor, en virtud de su poder constituyente originario, decidió por sí y ante sí, aprobarlo. No porque hubo un compromiso político o por el trabajo previo de expertos… ¿Qué efecto tendría en el plebiscito de salida que los convencionales rechazaran la propuesta de los expertos, cuando los primeros gozan de pésima fama y los segundos de gran popularidad?

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La oferta de un mundo “perfecto”

Señor Director:

La ONU nos dice que el aborto es un derecho humano. El Gobierno pretende un aborto libre, sin causales. La fallida Convención Constitucional, de la mano del feminismo extremo, trató de imponer el aborto como un derecho sexual y reproductivo, debate que sigue en el Congreso. Todo muy progresista; “no regresivo” suelen llamarlo.

El camino de la muerte conduce a decisiones como la tomada en Reino Unido, en que se legaliza el aborto de niños con Síndrome de Down hasta el día previo a su nacimiento. ¿Qué viene después? ¿Quiénes serán los próximos en cruzarse en el camino del superhombre hacia el “paraíso terrenal”?

La oferta es de un mundo “perfecto”, sin problemas y sin esfuerzos; pero falso, solitario, sin misericordia y, sobre todo, infeliz. Para que ese mundo prospere solo es necesario que los cansados y agobiados, los enfermos y caídos, no hagamos nada y nos mantengamos en silencio.

Álvaro Ferrer D.

Carlos Ciappa P.

Felipe Widow L.

Carlos Frontaura R.

Ricardo Irarrázabal S.

>>Texto en El Mercurio (disponible bajo suscripción)

Javier Mena y Roberto Astaburuaga: “Ética, política y autocrítica”

Entre las razones que se han dado para explicar la victoria del Rechazo el 4-S, la responsabilidad de los convencionales por sus actuaciones personales ha recibido un tratamiento dispar.

Algunos, antes y después del plebiscito de salida, han reconocido sus errores abandonando un orgullo que prefiere brillar de forma solipsista y que rechaza ser iluminado por un prójimo, y otros han preferido evitar la pregunta por la autocrítica, indicando que lo importante es entender políticamente el antes, durante y después del año de trabajo de la Convención como un “todo”.

Pero las explicaciones políticas no excluyen las asociadas a la responsabilidad moral personal. En efecto, las razones políticas se refieren a las circunstancias, tanto en la Convención (retraso en el trabajo, gastos, etc.) como fuera de ella (rol de los medios de comunicación, movilización ciudadana, etc.), que resultaron decisivas en el resultado final, pero que resultarían incompletas si no se considerara que ciertas actuaciones de algunos convencionales en específico resultaron determinantes.

El daño no “lo hizo la conducta de la Convención”, como si se tratara de un órgano que operara con una identidad propia, concentrando las decisiones particulares de todos sus integrantes de forma indistinguible logrando así anularlas ante cualquier juicio ético que se les quiera legítimamente formular. La desprestigiada imagen de la Convención desde el día uno se debió a hechos puntuales y graves. Por tanto, al convertir las actuaciones de cada uno de sus miembros en irrelevantes, la autocrítica pasaría a ser mero y aburrido ejercicio de reflexión del fuero interno, carente de valor político y que diluye la responsabilidad personal de tal modo que el lema “yo estoy bien y tú estás bien” campea exultante.

Alejandro Serrano, en Ética y Política, recuerda que, para Aristóteles, la asociación Estado-Ciudad era un hecho necesario y natural, cuya organización y comportamiento (la Política) debía someterse a las normas reguladoras de su conducta. Es decir, sustentarse en la Ética y subordinarse a ella. En el pensamiento griego, la Ética es la esencia de la Política, como el arte del bien común. Unidas en la Antigüedad, han sido separadas por la Modernidad, pues se ha suprimido la ética como categoría política, lo que trae como consecuencia que la política se entienda como un valor en sí mismo y no subordinado y sustentados sobre principios morales. Las crisis provocadas por esta separación, a nivel nacional y mundial, son suficientemente conocidas.

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Comunidad y Justicia celebra su 10° aniversario y el lanzamiento de la Revista Suroeste con la visita de R. R. Reno

En el encuentro se repasaron los grandes acontecimientos de los 10 años de nuestra corporación y las razones para seguir defendiendo los derechos humanos desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia. 

Este 2022, cumplimos 10 años en el trabajo de defender y proteger los derechos humanos desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia. Para celebrar este aniversario, invitamos a varios de nuestros donantes y a varios amigos a repasar algunos logros y analizar desafíos del Chile de hoy.  Además, contamos con la participación especial del teólogo, doctor en filosofía por la Universidad de Yale y editor de la revista First Things, R. R. Reno, autor del libro “The Return of the Strong Gods”, traducido al castellano por la editorial Homo Legens.

El evento comenzó con un cocktail para recibir a los invitados. Durante la comida, el Presidente de nuestro Directorio, Antonio López, dio un discurso destacando la importancia de seguir defendiendo los derechos humanos desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia y agradeció a todos los que han hecho posible el éxito de la organización: “Comunidad Justicia se debe a la suma de numerosas voluntades que permitieron impulsar este proyecto”, dijo.

Antonio López y Álvaro Pezoa miembros de nuestros directorio.

“Comunidad Justicia se debe a la suma de numerosas voluntades que permitieron impulsar este proyecto”. 

Presidente del Directorio de Comunidad y Justicia Antonio López 

Luego Russell Ronald Reno habló sobre la conocida tesis de su libro The Return of the Strong Gods, que explicaría el surgimiento de populismos en la política actual: “Vivimos en una época de negación. Nos urge guiar a los lectores hacia la afirmación de lo que es verdadero, bueno y bello. A la larga, el es más poderoso que el no”, dijo. 

Editor de la revista First Things, R. R. Reno

Además, en el marco de la celebración de nuestro aniversario, lanzamos Suroeste, nuestra revista digital, un espacio de reflexión y discusión sobre la filosofía de la Luz en un mundo posmoderno. Nuestro Director Ejecutivo y editor de la revista, Álvaro Ferrer, explicó que la idea de la revista es discutir y promover una visión del mundo que ilumine los ámbitos de la vida en comunidad, como la familia, el trabajo y la sociedad.

“Suroeste quiere aportar sus cinco panes y dos peces para que la ‘filosofía de la luz’ ilumine esta guerra en la noche”, explicó nuestro Director Ejecutivo y editor de la Revista Suroeste Álvaro Ferrer.

Director Ejecutivo y editor de la Revista Suroeste Álvaro Ferrer.

Como Comunidad y Justicia, agradecemos a todos los que han apoyado nuestra labor durante estos 10 años y se comprometieron a seguir trabajando por la defensa de los derechos humanos en Chile.

Las intervenciones de Reno y Álvaro Ferrer fueron publicadas en la Revista Suroeste, y el discurso de Antonio López en nuestra página web. Puedes acceder a ellos en los siguientes links:

>> Conferencia dictada por R. R. Reno con ocasión del lanzamiento de Suroeste

>> Discurso completo de Álvaro Ferrer Director Ejecutivo 

>> Discurso Antonio López Presidente del Directorio

El Mercurio destaca la participación de Russell Reno en la presentación de la Revista Suroeste y el aniversario de Comunidad y Justicia

Russell Reno: “Existe un deseo de retorno a los amores fuertes”

El intelectual estadounidense, editor de “First Things”, participó en la presentación de la revista digital «Suroeste» y se refirió a la búsqueda de dioses fuertes o amores “que enciendan el alma”. También habló de la cultura woke y la situación del catolicismo. «Hay países en que el catolicismo cultural está acabado»

La religión es una fuerza vigorosa que ancla nuestras almas en lo trascendente. Y esa es el ancla más profunda y poderosa de todas” afirma sin temor Russell Reno, que está en Chile desde hace unos días. Reno realizó un trekking por la cordillera de los Andes y ayer participó en una concurrida conferencia sobre su reciente libro «Return of the Strong Gods: Nationalism, Populism, and the Future of the West», recién traducido al español.

El intelectual viajó al país invitado por la agrupación «Comunidad y Justicia», ONG que trabaja por los derechos humanos desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia. Fundada en 2012, la corporación entrega asistencia legal al Congreso de Chile en diferentes materias y en su décimo aniversario está lanzando su revista digital «Suroeste», que mantiene una «amistad intelectual» con «First Things» y publica algunos de sus artículos.

Reno se sorprendió con el paisaje cordillerano chileno. «Tuve tiempo para hacer senderismo en las montañas. ¿Qué no puede gustar de un paisaje tan maravilloso? También conocí zonas de Santiago que han prosperado durante los últimos 30 años de globalización y sectores de pocos recursos en los alrededores de la ciudad. Al igual que el resto del mundo, Chile parece experimentar una brecha cada vez mayor entre los que participan en la economía global y los que no».

Russell Reno realizó su doctorado en filosofía en Yale y luego enseñó durante 20 años en Creighton College (universidad jesuita). Se hizo cargo de la revista «First Things» hace casi 12 años. «No diría que es una revista popular, es exigente para el lector. Hoy tenemos unos 30.000 suscriptores , explica Reno sobre esta revista de corte intelectual, religioso y conservador, a la par que ecuménico (colaboran judíos, protestantes y católicos). La revista aborda temas vinculados a la religión, la vida pública y la cultura actual.

Sobre la crisis vivida por la Iglesia Católica en su país y en Chile, Reno señaló a «El Mercurio» que «los pecados sexuales de los sacerdotes católicos han dañado a la Iglesia en Estados Unidos, ha socavado su capacidad para hablar con confianza en los asuntos públicos. He leído sobre lo que ha ocurrido en Chile, y mi impresión es que la situación es similar. Tal vez más pronunciada, porque en Estados Unidos nunca hubo una mayoría de fieles católicos».

“Diferencias aparte”, agrega Reno, “En ambos países se puede decir que el catolicismo cultural está acabado. No se puede presumir que la Iglesia marque la pauta de la sociedad en su conjunto. Pero en Estados Unidos hay aspectos de renovación, como en las órdenes religiosas que propugnan programas de disciplina espiritual, que están atrayendo vocaciones. En el clero joven muchos son valientes en su proclamación de la fe. Tal vez esto ocurra en Chile”. 

Añade que “en Estados Unidos, estamos viviendo una gran polarización. Incluso se podría decir que estamos experimentando una ‘polarización metafísica’. un tremendo choque sobre lo que significa ser humano. Una consecuencia de esta polarización es un mayor compromiso de los jóvenes con la Iglesia. Ciertamente, no son una mayoría de jóvenes. Pero pienso que estos jóvenes atraídos por la fe religiosa funcionarán como una minoría creativa en las próximas décadas y quizás esto también suceda en Chile”.

En su nuevo libro, que comentó en la conferencia, Reno sostiene que las catástrofes de las dos guerras mundiales condujeron a una reacción contra cualquier creencia o convicción fuerte, de modo que el proyecto cultural occidental ha consistido en debilitar esos ‘amores’. No obstante, a su juicio, “si no hay nada por lo que valga la pena luchar, entonces nadie luchará. La tesis de mi libro estriba en que este proceso está llegando a su final. Hay un deseo de retorno de lo que llamo ‘dioses fuertes’, que es una metáfora de los ‘amores fuertes’: la nación, la familia y, obviamente, Dios”, señaló el escritor y periodista.

En su opinión, “las personas más abiertas y tolerantes son las que tienen las convicciones arraigadas, pues no se sienten amenazadas por otras personas que no están de acuerdo con ellas”. Para Reno, la cultura de cancelación propia del movimiento woke supone un signo de debilidad, no de fuerza. «Si no crees de verdad que tus convicciones están enraizadas en la verdad y establecer vigilancia sobre cualquier disidencia, pues los puntos de vista alternativos se convierten en una amenaza”. En cambio, «si soy un católico puedo discutir con un judío, un musulmán, un laico, porque sus puntos de vista no suponen una amenaza para mi confort existencial, que proviene de las raíces profundas de mi propia fe», señala el intelectual, criado como protestante en Baltimore, pero que se convirtió al catolicismo hace algunos años.

Reno concluyó en su conferencia que “necesitamos recuperar los amores y lealtades que anclan nuestras vidas, encienden nuestros corazones y nos abren a las posibilidades de la trascendencia”.

>> Texto en El Mercurio (disponible bajo suscripción)

Vicente Hargous: “Sangre y tierra”

“En 1914, los dioses fuertes del nacionalismo llevaron a Europa a una guerra terrible […], tras un breve paréntesis, estos dioses y otros se despertaron para una nueva ronda de violencia y derramamiento de sangre a escala mundial que terminó con Europa en ruinas”. Estas palabras de R.R. Reno, autor de El retorno de los dioses fuertes que viene a Chile invitado por la ONG Comunidad y Justicia, se refieren a un cambio radical de la política de nuestro tiempo. Desde 1945 las élites del mundo quisieron derribar los altares de los dioses fuertes: todo lo que oliera a rigidez, a verdad, a solidez, debía ser tildado de fascismo y borrado del mapa. Este proyecto alcanzó dominio total con la caída del muro, que marcaría lo que algunos pensaban que sería el “fin de la historia”. 

Lo que en el resto del mundo se vio como un aumento creciente de pacifismo, moderación política y una veneración de la democracia, el “desencanto” o debilitamiento de los dioses fuertes, tuvo su correlato en Chile con el inicio de los 30 años. Hubo treinta años de paz que se caracterizaron por los consensos y la moderación. Pero a la vez, hubo un enfriamiento de la política, que lentamente fue desplazada por el economicismo que se comió vivo incluso a gobiernos socialistas que bailaron al compás del modelo de Chicago. Fueron años en los que podemos decir que políticamente no pasó nada ―décadas en que nos fuimos quedando en silencio, como dijera Mansuy―, pero se destruyó la familia, se terminaron de romper los vínculos sociales y se profundizó el materialismo. La era de la Concertación fue nuestra época de debilitamiento desencanto, el fin de las utopías de uno y otro bando político, la renuncia definitiva a la lucha… no ya a la violencia armada, sino a cualquier forma de lucha por ideales que valgan la pena.

Pero el mito del progreso una vez más debía sucumbir: la caída del muro no era el fin de la historia (como tampoco lo fue para la historia de Chile la transición). El 18 de octubre de 2019 vimos colapsar los grandes consensos y alzarse una vez más banderas y cánticos desesperados por la falta de espíritu. Masas de gente harta de la liquidez del mercado y hambrienta de la solidez de la comunidad, de la vida de lo popular. Y es que la frivolidad, la comodidad, la farándula y los lujos son insuficientes para una vida humana plena, para una política sana y para un pueblo que quiera encontrarse consigo mismo. La economía es insuficiente, pero el problema no fue solamente la existencia de un malestar más allá del bienestar material, sino también la falta de sentido que trajo la modernización capitalista. 

El 18 de octubre despertó lo telúrico, para bien y para mal. Como de una pesadilla, Chile despertó delirando y con fiebre, abruptamente, del sopor de un individualismo que pasa la cuenta. Y no somos un caso aislado: hoy vemos que los populismos aparecen en los más variados lugares del mundo, como manifestación de un sano anhelo de densidad metafísica de un pueblo que se resiste a renunciar a lo valioso. Es el retorno de los dioses fuertes. 

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