Author : Comunidad y Justicia

Iniciativas populares constitucionales: qué son, por qué importan y cómo firmarlas

¿Has escuchado de las iniciativas populares constitucionales? En esta nota te contamos qué son, por qué debes firmar tres iniciativas publicadas recientemente en la plataforma de la Convención Constitucional y cómo hacerlo para firmarlas.

Las iniciativas populares constitucionales son propuestas de artículos levantadas desde la Sociedad Civil y si juntan 15.000 firmas, deben ser discutidas y votadas en las Comisiones Temáticas.

Es fundamental aprovechar esta plataforma para apoyar iniciativas que defiendan los derechos fundamentales, tal como los entiende la Doctrina Social de la Iglesia: vida, familia, libertad religiosa y trabajo.

En concreto, hay tres propuestas, publicadas hoy, que abordan temas fundamentales para el bien común y que consideramos importante apoyar:

  • Derecho a la vida, presentada por Siempre por la Vida: Iniciativa Nº 4138.
  • Libertad de enseñanza y derecho preferente de los padres de educar a sus hijos, presentada por Educación Libre y Diversa: Iniciativa Nº 4102.
  • Libertad de culto, presentada por distintas confesiones religiosas: Iniciativa Nº 3042.

¿Cómo puedes firmarlas? Siguiendo estos 4 pasos:

1. Ingresar con el usuario y clave única o número de serie del carnet en el siguiente link.

2. Buscar las iniciativas por su número o apretar el cuadrado que dice «4. Derechos Fundamentales», y apretar el título de la propuesta o el botón “Ver Iniciativa”.

3. En el costado derecho de la página apretar el botón verde que dice » Apoyar».

4. Se abre una pequeña ventana para confirmar que se quiere apoyar la propuesta, y se debe apretar el botón que dice «Entendido. ¡Apoyar!».

Haciéndose eco de la página web, pueden firmar: «mayores de 16 años, de nacionalidad chilena, extranjeras con residencia en Chile y chilenos o chilenas en el exterior». Cumplas o no estos requisitos Revisa, firma y difunde ¡Necesitamos de tu apoyo!

Barómetro constitucional: mes de noviembre

Derecho a la vida

En contra

  1. Al igual que el mes anterior, fue frecuente que varias convencionales asistieran a la Convención con pañuelos verdes y morados, símbolos de la lucha por el aborto y el feminismo.
  1. El 8 de noviembre la Mesa Directiva se reunió con organizaciones feministas, entre ellas la Corporación Humanas, la cual es conocida por ser una de las principales organizaciones en Chile que recibe financiamiento para lograr la legalización del aborto libre. Según señaló la presidenta Loncón, la reunión tuvo por objeto crear instancias de colaboración con las comisiones temáticas1 Cfr. Tweet Elisa Loncón: https://twitter.com/ElisaLoncon/status/1457745160905822210, pero no conocemos su verdadero alcance e incidencia. 
  1. En las audiencias públicas de la Comisión Medio Ambiente, como en la del 25 de noviembre, hemos observado que en la protección del medio ambiente se está llegando al extremo de querer consagrar protección constitucional a los derechos de la naturaleza, vida no humana y animales, demostrando una grave confusión sobre la titularidad de los derechos fundamentales (y por ende, un desconocimiento de la dignidad humana). Consideramos paradójico ―además de tremendamente preocupante― que se considere consagrar un estatuto constitucional de los minerales, el territorio marítimo, la energía o la tierra y el territorio (literales c, e, k y l, del art. 66 del Reglamento General), mientras la vida del que está por nacer es pasada en silencio entre los derechos que la eventual nueva Constitución protegerá.
  2. El 1° de diciembre, la Asamblea Permanente por la Legislación del Aborto, que incluye a organizaciones como Miles Chile y Corporación Humanas (ambas, como es de público conocimiento, promueven la legalización del aborto y otras propuestas feministas radicales en Chile), presentaron una propuesta popular de norma constitucional para consagrar los “derechos sexuales y reproductivos”. Parte del articulado propone que: 

El Estado reconoce y garantiza a todas las personas sus derechos sexuales y reproductivos, en condiciones de igualdad y sin discriminación, incluyendo el derecho al aborto sin interferencia de terceros, instituciones o agentes del Estado. En particular, se reconoce y promueve el derecho de las personas a tomar decisiones libres y autónomas sobre sus cuerpos, su sexualidad y su reproducción, de manera libre, sin violencia ni coerción, debiendo el Estado garantizar el acceso a la información y los medios materiales para ello.

El Estado reconoce el derecho de las personas a beneficiarse del progreso científico y el acceso a la información, para ejercer de manera libre, autónoma y no discriminatoria, sus derechos sexuales y reproductivos.

El Estado reconoce el derecho de todas las personas, desde la primera infancia, a recibir una educación sexual integral, de acuerdo a la edad, y basada en la evidencia; entendiéndola como aquellos conocimientos basados en datos empíricos, aquellas habilidades, actitudes y valores que les permitirán disfrutar plenamente y con dignidad el relacionarse entre pares; entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el respeto; prevenir situaciones de riesgo y abuso sexual, desarrollando con información sus proyectos de vidas, y el derecho a la información sexual y reproductiva. El Estado deberá garantizar el acceso de la educación sexual integral en igualdad de condiciones y sin discriminación, en todo el sistema educacional.

El Estado reconocerá a todas las personas el derecho universal a la salud sexual y reproductiva, a la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras, sin coerción, discriminación ni violencia, a los servicios de atención de salud integrales; al derecho a la información y acceso a métodos anticonceptivos, libremente elegidos, eficaces, y de calidad; el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y tecnológico al acceso a la atención integral de la interrupción voluntaria del embarazo; a la prevención, el diagnóstico, atención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual; asegurando que estos procesos sean realizados conforme a las cosmovisiones de las personas, sin discriminación y violencia.

El Estado debe garantizar las condiciones para el respeto y reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las personas en el trabajo, eliminando todo riesgo laboral que pueda potencialmente afectar la salud sexual y reproductiva, así como la estabilidad y dignidad en el empleo, sin discriminación en razón de su género.

Normas transitorias

La interrupción del embarazo no será imputable penalmente, hasta que se realicen los cambios normativos correspondientes.

El que por causa de actos, acciones u omisiones sufra perturbación, privación o amenaza en el ejercicio legítimo de estos derechos, podrá recurrir por sí o por cualquiera a su nombre a la Corte de Apelaciones respectiva del domicilio de la persona afectada, la que adoptará de inmediato las providencias que juzgue convenientes y necesarias para restablecer el derecho y asegurar a la debida protección de la persona afectada”.

A favor

  1. Las exposiciones de  Francisco González y Soledad Bertelsen en la Comisión de Derechos Fundamentales destacaron por su claridad al señalar que todas las personas tienen derecho a la vida, incluido el que está por nacer, y que sólo son titulares de derechos fundamentales las personas, y no los animales o el medio ambientes, respecto de los cuales pueden incluirse deberes de cuidado y protección.
  1. El 1° de diciembre se presentó una propuesta convencional de norma constitucional2  Convencionales firmantes: Ruth Hurtado, Rocío Cantuarias, Katerine Montealegre, Helmuth Martínez, Manuel José Ossandón,  Harry Jurgensen, Paulina Veloso, Martín Arrau, Eduardo Crettón, Ricardo Neumann, Carol Bown, Geoconda Navarrete, Felipe Mena, Luciano Silva, Arturo Zúñiga, Claudia Castro.  que busca proteger el derecho a la vida y la primacía de la persona humana: 

Artículo XX.- La persona es principio, sujeto y fin de toda sociedad, de todo Estado y de todo Derecho; su dignidad es inviolable desde el comienzo de su existencia natural hasta su muerte. Todo ser humano es persona, con independencia de su grado de desarrollo.

Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. La ley protege la vida del que está por nacer.

El fin del Estado, que está al servicio de la persona humana, es promover el bien común, que consiste en el bien espiritual y corporal de la persona en cuanto miembro de la sociedad política. Para satisfacer dicha finalidad el Estado debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos naturales de la persona humana.  La promoción del bien común exige primeramente el esfuerzo de ayudar a quienes carecen de los medios indispensables para una vida digna. 

Conclusión

Un grupo de más de 20 convencionales feministas respaldó la presentación de una propuesta popular constituyente que, según ya prevíamos en el barómetro anterior, es muy extrema a favor del aborto libre, pues lo establece como un derecho y elimina la objeción de conciencia institucional. 

Familia  

En contra

1. El viernes 3 de diciembre la Subcomisión de Verdad Histórica, Reparación Integral y Garantías de No Repetición, de la Comisión de Derechos Humanos, publicó, como resultado sistematizador de las audiencias, el informe final sobre “verdad histórica, reparación integral y garantías de no repetición”. Dicho informe contiene, entre las conclusiones sobre verdad histórica, la afirmación de que sería necesario eliminar el concepto de familia de la Constitución y asumir ciertas premisas propias de la ideología de género:

“2. Eliminación de los apartados que usan el término y concepto “familia” en tanto este se hace concreto desde lo que regula el Código Civil como tal, así como el principio subyacente en la Constitución de 1980, de acuerdo con los documentos de la Comisión Ortúzar (citados en las audiencias) en cuanto que familia deriva de una institución llamada matrimonio y este se concibe como la unión entre una persona “hombre” una persona “mujer” con el objeto de procrear otros “hombres” y otras “mujeres”. Este principio, señalan les participantes, avalan violencias específicas contra los derechos reproductivos, la autonomía como derecho a decidir sobre el propio cuerpo, el derecho a la diferencia y la diversidad sexual. Este concepto de familia se ancla en el sistema patriarcal que se hace ley al estar incluido en la Constitución, al poner en el centro al pater familias. Por ejemplo: ¿quién decide sobre el cuerpo de una niña o niño diferente? ¿a quién se lo permite la ley? ¿qué diferencia a una mujer soltera de una casada? entre otros.

3. La Constitución debiera considerar la erradicación de todas las formas de violencia hacia las mujeres, diferencias y disidencias sexuales y de género: «la idea es que nuestra Constitución, la nueva Constitución que ustedes pueden redactar, no asuma que todas las personas somos heterosexuales, que todas las personas somos cis-género, que todas las personas somos binarias o sexuadas»

2. El 5 de noviembre el Movilh se reunió con la presidenta Loncón para presentarle tres propuestas sobre los derechos de las “diversidades sociales”3 Disponible en: Movilh propone a Elisa Loncón reconocer a la diversidad familiar en la nueva Constitución y sustituir los conceptos de “hombre” y “mujer” por personas – Movilh Chile.:

  • Propuesta para reconocer diversos tipos de familias: “Las familias contribuyen al desarrollo de cada uno de sus integrantes y de las sociedades. Es deber del Estado proteger y garantizar la igualdad de derechos a todas las familias y a cada uno de sus integrantes”.
  • Propuesta de artículo sobre la no discriminación: “La Constitución asegura a todas las personas la no dicriminación y en particular la prohibirá cuando se funde en la raza o etnia, la nacionalidad, la situación socioeconómica, el idioma, la ideología u opinión política, la religión o creencia, la sindicación o participación en organizaciones gremiales o la falta de ellas, el sexo, la maternidad, la lactancia materna, el amamantamiento, la orientación sexual, la identidad y expresión de género, el estado civil, la edad, la filiación, la apariencia personal, la enfermedad o discapacidad, entre otros”. 
  • Propuesta para la sustitución de la expresión “hombres y/o mujeres” por “personas”: “Se sugiere que en la nueva Constitución esas categorización binarias desaparezcan y, para todos los efectos, se hable de personas”. 

3. El 25 de noviembre fue presentada por 16 convencionales, con el respaldo de más de 200 organizaciones y otras 40 convencionales constituyentes, una propuesta convencional sobre violencia de género4 Además de las 16 convencionales que presentaron la propuesta, esta fue respaldada con las firmas de más de 200 organizaciones y otras 40 convencionales constituyentes. La presentación de esta iniciativa se realizó en la comuna de Talcahuano, región del Biobío, y estuvo a cargo de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas Biobío, junto a Abofem Biobío y convencionales feministas. Las convencionales presentes fueron las de la comisión de Sistema Político, entre ellas, Francisca Arauna, Constanza Schonhaut, Patricia Politzer, Bárbara Sepúlveda, Alondra Carrillo y la coordinadora de dicha comisión, Rosa Catrileo.

“Artículo X: El Estado reconoce el derecho de las mujeres, niñas, diversidades y disidencias sexogenéricas a una vida libre de violencia de género en el ámbito público y privado

El Estado deberá actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar, reparar y erradicar todo tipo de violencia de género, sin discriminación, sea cometida por particulares, el Estado, sus agentes o integrantes. Tendrá especialmente en cuenta la situación de vulnerabilidad o desventaja en que puedan hallarse en razón de su edad, estado civil, etnia, idioma, religión o creencia, ideología u opinión política o de otro tipo, origen nacional o social, filiación, situación socioeconómica, situación laboral, nivel educacional, de embarazo, orientación sexual, identidad y expresión de género, apariencia personal, condición de salud, de migración, de refugiada, de ruralidad, situación de discapacidad o cualquier otra condición

Corresponderá al Estado asegurar el presupuesto suficiente para la garantía y respeto de este derecho, y a todos los órganos del mismo, en el ámbito de sus competencias, generar políticas intersectoriales de promoción, prevención, capacitación y formación en enfoque de género y derechos humanos.

Asimismo, las instituciones de justicia deberán velar por una investigación eficaz y oportuna, un debido proceso con enfoque de género, por la protección y los derechos de las víctimas, y la aplicación de medidas o sanciones, evitando la revictimización”. 

4. Se realizaron múltiples exposiciones en casi todas las comisiones temáticas por parte de múltiples organizaciones que promueven visiones ideológicas contrarias a la familia:

  • Comisión de Derechos Fundamentales: exposición de CIMUNDIS (9 nov.); Verónica del Pozo Saavedra, de Abofem (1 de dic). 

  • Comisión de Sistemas de Justicia: exposición de Teresa Valdes y Natalia Dembowski, del Observatorio de Género y Equidad, y Nancy Yañez, del Directora del Observatorio Constitucional de género y coordinadora del Centro de derechos humanos de la Universidad de Chile (30 nov.)5 “El pluralismo jurídico si lo reconocemos constitucionalmente plantea desafíos en material de genero, los problemas de discriminación estructural que viven las mujeres no solamente se dan en las sociedades occidentales, sino que también en las sociedades indígenas y así lo han manifestado claramente las mujeres indígenas. Alguno de los desafíos se han dado en temas como violencia contra la mujer, en dónde se han aplicado mecanismos reparatorio basado en el derecho consuetudinario, por lo tanto, el desafío es mirar la eficacia de estos mecanismos sancionatorio para salvaguardar los derechos de las mujeres y garantizar la convivencia social dentro de las sociedades indígenas, con pleno respeto de los derechos de las mujeres”.; Camila Maturana y Mariela Infante, de Corporación Humanas6 “Entendemos que la preponderancia de mujeres en los lugares más bajos de la jerarquía del poder judicial, que está vinculada con estos estereotipos de género y la división sexual del trabajo, también tiene un impacto en cómo se administra la justicia y cómo se adoptan las decisiones, y por eso también es tan importante, no solo aplicar mecanismos de paridad, de corrección de la carrera, (…) también incorporar la perspectiva de género en el juzgamiento de los casos, como un mandato a los distintos órganos que integran el poder judicial, de manera que se evidencia y se visibilizan los estereotipos de género que muchas veces son invisibles, parecen neutrales, que están a la base de muchas decisiones que tienen que ver, no solo solo con la violencia de género, sino con el ejercicio en general de derechos por parte de las mujeres y las niñas en el sistema judicial”. y Carola Catroneo y Florencia Pinto, de  Abofem7 “Las razones por las que se incorpora la perspectiva de género en todos los procesos jurisdiccionales son variadas, primero porque sea reconocido que incorporar esta técnicas perdone la actividad judicial permite alcanzar decisiones justas y equitativas, ya que a través de esta se remedian las relaciones asimétricas y se elimina la presencia estereotipos discriminatorios. Además se ha comprobado que la incorporación de esta técnica aumenta la representatividad y la aceptación de los fallos judiciales por parte de la ciudadanía, optimizando la confianza de la comunidad en el sistema judicial y el establecimiento así de una democracia representativa. Segundo porque la perspectiva de género constituye una herramienta central para asegurar el pleno acceso a la justicia de las mujeres”. (1 de dic.).

  • Comisión de Sistemas de Conocimiento: Natacha Pino y Antonia Santos, de la Comisión de Igualdad de Género del Consejo de Rectores de Chile8 “Así los datos disponibles dan cuenta de la participación de mujeres en el ámbito académico vinculadas a la actividad científica es de un 30% con importantes barreras para desempeñar esta actividad, sesgos de género, conciliación de la vida familiar y el trabajo, menor reconocimiento y visibilidad son parte de esta situación. Esta realidad de desigualdad y desequilibrio entre capacidades y oportunidades obedece a una construcción social de las diferencias de género, teniendo sus raíces es relaciones sociales estereotipadas, una cultura patriarcal, que no están ausentes en los espacios universitarios (..) Por tanto creemos necesario que la Constitución debe contemplar que la educación superior se desarrolle e implemente bajo un enfoque de género, procurando su institucionalización, transversalidad y erradicación de la violencia”. (1 de dic).

  • Comisión de Sistema Político: exposición de Kemy Oyarzún, del Laboratorio Interseccional de Género (4 nov.); de María Inés Salamanca, de ONU Mujeres (1 de dic.), sobre la oportunidad de que esta Constitución sea con perspectiva de género:

“Las reformas constitucionales o cambios de Constitución constituyen una oportunidad para incluir criterios de género en todos los ámbitos que abarca una Constitución y puede ser una oportunidad que puede ser desaprovechada en la medida que el enfoque de género y la democracia paritaria no sean considerados como principios fundamentales de la sociedad que se quiere construir (…) Las cuotas son medidas afirmativas que son temporales, que buscan acelerar y superar los obstáculos que impiden ingresar a las mujeres a las instituciones del mismo modo que sus pares masculinos, pero cuando hablamos de paridad de género se hace referencia a un principios que busca integrar la diferencia sexual a la democracia representativa. La paridad supone oportunidades para la elección de un género que se encuentra subrepresentado, las mujeres, con la intención de ayudar a acceder en las instituciones del mismo modo que sus pares masculinos a partir de una obligación legal”.  

5. El 29 noviembre, la presidenta Loncón recibió en audiencia a la Corporación Opción por los Derechos de Niños y Niñas9 Disponible en: Área Derechos de la Niñez y Redes se reúne con presidenta de la Convención Constitucional.. Le entregaron el documento “Niños, niñas y adolescentes y nueva Constitución: La necesidad de reconocimiento y protección social”, en el cual se promueve una visión que distorsiona la estructura natural de la familia, sobre todo respecto de la patria potestad.

A favor

  1. La convencional Geoconda Navarrete remitió una carta de la ONG Confamilia en la sesión 39 extraordinaria del Pleno, en la cual dicha organización hacía presente la necesidad de resguardar la libertad religiosa, de fortalecer a la familia como núcleo fundamental de la sociedad, de respetar el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos, que se proteja a la infancia de todo adoctrinamiento ideológico y político y la vida del que está por nacer10 Disponible en: http://sala.cconstituyente.cl/visordocumentos/verDoc.aspx?prmTipo=SIAL&prmID=61231&formato=pdf..

Conclusión

La ideología de género y sus consecuencias han estado muy presentes dentro del debate de la Convención, en los lineamientos y principios reglamentarios y en las mismas propuestas constitucionales. Por otro lado, no se han visto esfuerzos por defender la familia natural ni por combatir las propuestas que atentan contra ella.

Educación

En contra

  1. Como señalamos acerca del derecho a la vida, se presentó una propuesta popular constituyente sobre “derechos sexuales y reproductivos” que impone la educación sexual integral (ESI) desde la primera infancia, tanto en establecimientos públicos como privados:   

El Estado reconoce el derecho de todas las personas, desde la primera infancia, a recibir una educación sexual integral, de acuerdo a la edad, y basada en la evidencia; entendiéndola como aquellos conocimientos basados en datos empíricos, aquellas habilidades, actitudes y valores que les permitirán disfrutar plenamente y con dignidad el relacionarse entre pares; entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el respeto; prevenir situaciones de riesgo y abuso sexual, desarrollando con información sus proyectos de vidas, y el derecho a la información sexual y reproductiva. El Estado deberá garantizar el acceso de la educación sexual integral en igualdad de condiciones y sin discriminación, en todo el sistema educacional.

  1. El 1° de diciembre, Educación 2020 expuso ante la Comisión de Derechos Fundamentales11 “Creemos que el Estado debe tener un rol garante. Y, en particular, en la educación debe garantizar una educación integral de calidad, e inclusiva (…). Por otro lado, nos parece que el sujeto de derechos tienen que ser los niños, niñas y adolescentes. También las personas que estudian en la vida adulta, porque efectivamente en Chile tenemos, y han aumentado en el último tiempo, las personas jóvenes y adultas que participan del sistema educacional. Y los padres, madres y apoderados, deben ser corresponsables de este derecho. Pero, en el fondo, favoreciendo el ejercicio del derecho, asumiendo que el sujeto son niños, niñas, adolescentes y las personas que estudian en la vida adulta”.. Creemos que algunas de sus propuestas afectan al derecho de los padres de educar a sus hijos, pues los entienden como corresponsables de su educación. Esto es gravísimo, toda vez que el derecho de los padres de educar a sus hijos es preferente, y acerca de él el Estado y las organizaciones sólo tienen una labor auxiliar, nunca de sustitución o de igualdad. En efecto, señalaron en su exposición lo siguiente:

“1.- El derecho a la educación es un derecho fundamental garantizado por el Estado y constituye un pilar esencial para el desarrollo humano, y para la construcción de una sociedad inclusiva y democrática.

La educación tiene por propósito la construcción del bien común y la formación integral, con enfoque de derechos humanos, equidad de género, desarrollo sostenible e interculturalidad, y estará basada en el respeto a las diversidades y el reconocimiento a las formas de educación de los pueblos originarios. 

2.- Es deber del Estado garantizar las condiciones para una educación integral de calidad e inclusiva. Este derecho debe ser exigible y protegido en caso de verse vulnerado.

El sujeto del derecho a la educación son niños, niñas y adolescentes, y personas que en en cualquier etapa de su vida participen del sistema educativo. Apoderados, madres y padres son corresponsables de este derecho, debiendo favorecer el ejercicio de este. 

3.- El Estado financiará y administrará un sistema nacional de educación pública, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, de alto estándar formativo, y que vele por el bienestar de las y los estudiantes desde la primera infancia hasta la educación superior. 

4.- El Estado respetará la libertad de enseñanza, supeditada al derecho a la educación. El Estado resguardará que este derecho contribuya a la diversidad y pluralismo del sistema educativo, y a la construcción de una sociedad inclusiva y equitativa. 

Padres, madres y apoderados tendrán la libertad y el derecho de elegir la educación de sus hijos e hijas, atendiendo al concepto de autonomía progresiva.

5.- El Estado reconocerá el rol de docentes y profesionales de educación, asegurando altos estándares de formación y condiciones adecuadas para el ejercicio profesional.” 

  1. El 8 de noviembre la Mesa Directiva de la Convención recibió las propuestas para una “Nueva Educación” por parte del Colegio de Profesoras y Profesores, en un documento que recogía las resoluciones finales del Congreso Nacional de Educación12 Disponible en: Formato Memo CPCh.. Algunos puntos preocupantes: 

“7. La educación pública debe poner en su centro el desarrollo de la comunidad por sobre los intereses particulares, propiciando un equilibrio entre lo personal y social.

8. El derecho a la educación no implica la negación del derecho de las familias a escoger el tipo de establecimiento educacional para sus hijos e hijas; por el contrario, ello se debe respetar. 

20. En tal sentido, se asume que la libertad de enseñanza no puede ser entendida como libertad de empresa, que es la noción que establece la actual Constitución, del momento que define el derecho constitucional a abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales

21. Se plantea que la libertad de enseñanza debe estar supeditada al ejercicio del derecho a la educación

22. La libertad de enseñanza debe estar enmarcada en un conjunto de valores compartidos a nivel nacional, como el respeto a los derechos humanos y la libertad de cátedra y expresión del profesorado. Constituye también un resguardo para que no se imponga una ideología por sobre dichos valores. 

24. Se reconoce que también debe implicar el derecho que tienen las familias a escoger el establecimiento educacional para sus hijos, según sus convicciones religiosas y morales.

30. El estado debe financiar sólo a los establecimientos públicos.

33. Se debe diferenciar entre el sector privado pagado y el privado subvencionado. En el caso de la educación particular pagada se considera que ésta puede existir (como complemento al sistema público), pero debe ser sin fines de lucro y sin financiamiento estatal. En el caso del segundo (educación particular subvencionada) ésta no debería existir y se rechaza que el Estado financie por igual a escuelas públicas y privadas como ocurre en nuestro país. Por ser tan extendido el sistema particular subvencionado, se plantea una extinción paulatina de este subsistema de administración, pasando gradualmente a formar parte del sistema nacional de educación pública estatal comunitaria. En ambos casos la educación privada debe ser regulada por el Estado y seguir los principios y lineamientos educativos del conjunto del sistema escolar público.

35. El Estado debe ser el único administrador de las escuelas públicas, por tanto, debe desaparecer la figura del sostenedor.

41. La escuela debe ser una institución democrática y abierta a la comunidad, a fin que ésta se vincule y también pueda fiscalizar y colaborar – en base a un marco regulador consensuado – en diversos aspectos propios del quehacer escolar. Es decir, se plantea la idea de una fiscalización ciudadana comunitaria y no meramente burocrática.

42. La Educación Pública, en este nuevo modelo educativo, debiese fundarse en los siguientes principios: Diversidad; convivencia; cuidado medio ambiental; comunitaria; inclusividad; integralidad; equidad; interculturalidad; laicidad; gratuidad; universalidad; contextualizada; descolonizadora; no sexista; democrática; socioemocional; solidaridad; permanencia; no patriarcal y basada en los Derechos Humanos

53. Una escuela que prepare al ser humano para la vida plena y que ponga en su centro el desarrollo de la niña y el niño, en tanto sujetos de derechos

56. Las orientaciones educativo-pedagógicas y el sentido del nuevo modelo educativo deben considerar una educación: integral, contextualizada, situada, emocional, participativa, democrática, intercultural, comunitaria, ecologista, inclusiva, descolonizadora, anti patriarcal, basada en el trabajo colaborativo, con libertad de cátedra y sustentada en la comunidades de saberes.

57. Las orientaciones educativo-pedagógicas debe considerar también, en sus fines, el desarrollo humano con intención liberadora.

59. El currículum debe estar orientado al desarrollo de una subjetividad que supere la educación de mercado y, en consecuencia, debe apuntar a la formación de seres humanos que acompañen el desarrollo de un Chile que pone en su centro la vida digna, la dimensión social de la vida humana y la garantía de derechos sociales. En tal sentido, debe preparar para una ciudadanía participativa, el ejercicio de la soberanía popular y el Buen Vivir.   

60. Se requiere un currículum humanista, laico, integrador, crítico, inclusivo, no sexista, transformador e intercultural, promotor de los derechos humanos, orientado a la comprensión critica de la realidad que se vive

65. Considerando el currículum como una selección cultural que implica ejercicio del poder, se plantea que su construcción debe desarrollarse bajo principios deliberados democráticamente y con carácter vinculante. En este sentido, se reivindica el derecho de las comunidades escolares y toda la ciudadanía en definir qué deben aprender las y los niños, es decir, se cuestiona el enfoque tecnocrático de expertos en su construcción. 

66. Quienes deben definir, seleccionar y organizar el currículum son los trabajadores y trabajadoras de la educación y la comunidad de apoderados y estudiantes, bajo un sistema de participación democrático, dialógico e inclusivo.

67. Se debe eliminar el Consejo Nacional de Educación (CNED) y crear una nueva institucionalidad bajo principios democráticos, donde las y los docentes deben ser la pieza central de la toma de decisiones y la construcción curricular escolar, en base a un enfoque sociocrítico, en un proceso que se acompañe del aporte de especialistas y en diálogo con el MINEDUC”.

A favor:  

  1. La organización Educación Libre y Diversa presentó una propuesta popular constitucional que defiende el derecho preferente y deber de los padres de educar a sus hijos y libertad de enseñanza. 

La Constitución asegura a todas las personas:

1°. –  El derecho a la educación.

La educación tiene por objeto el bien integral de la persona humana en las distintas etapas de su vida, tanto en su dimensión corporal como espiritual. Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación. Corresponderá al Estado fomentar y financiar dicho desarrollo desde las comunidades de familias, así como otorgar especial protección al ejercicio de estos derechos.

Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar, criar y formar a sus hijos, así como el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para ellos. El rol de los órganos del Estado en materia educacional es siempre de ayuda y apoyo, y nunca de sustitución de los padres, salvo que estos o los tutores del menor no puedan ejercer su rol.

2°. –  La libertad de enseñanza, incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. Los establecimientos educacionales podrán fundarse para enseñar según un ideario propio, definido libremente por el establecimiento mismo. El Estado no puede imponer una visión única sobre la persona humana, la sociedad y el mundo, ni una única comprensión sobre los derechos humanos. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres y el orden público. Todo establecimiento educacional podrá oponerse, en razón de su ideario, a impartir contenidos que lo contradigan.

La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político partidista alguna.

Para el Estado es obligatorio promover la educación parvularia. Además, financiará un sistema gratuito a partir del nivel medio menor, destinado a asegurar el acceso a éste y sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para el ingreso a la educación básica.

La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población.

Es deber del Estado asegurar la calidad de los establecimientos educacionales, así como respetar y velar por su autonomía, sobre todo respecto de sus idearios.

Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del patrimonio cultural de la Nación.

Corresponderá al legislador establecer los mecanismos para que el Estado entregue apoyo económico a los establecimientos educacionales que lo requieran, mientras cumplan con los requisitos establecidos en este artículo.

Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos mínimos que deberán exigirse en cada uno de los niveles de la enseñanza básica y media y señalará las normas objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado velar por su cumplimiento. Dicha ley, del mismo modo, establecerá los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales de todo nivel.

  1. Hubo algunas exposiciones ante la Comisión de Derechos Fundamentales que defendieron la libertad de enseñanza. 

Conclusión

En la discusión dentro de la Convención sobre este derecho podemos apreciar un excesivo protagonismo estatal, una amenaza grave a la libertad de enseñanza (en el mejor de los casos, el Estado sólo se limita a respetarla, pero subordinada al derecho a la educación según ciertos lineamientos ideológicos que se impondrían a todo establecimiento educacional) y una amenaza gravísima al derecho preferente y deber de los padres de educar a sus hijos (pues no gozan de preferencia sino que son corresponsables, y no podrían oponerse a los lineamientos ideológicos del Estado). El lineamiento ideológico mencionado es evidentemente incompatible con muchísimos proyectos educativos: curriculum laico, no sexista, con lenguaje inclusivo, incorporación de la autonomía progresiva, educación laica con enfoque en derechos humanos, perspectiva de género y basada en respeto a las diversidades, etc.

Libertad religiosa:

En contra:

  1. Las preguntas que ciertos convencionales le hicieron a Monseñor Celestino Aós revelaron una cierta disposición contraria a la religión cristiana. El Arzobispo expuso el 1° de diciembre ante la Comisión de Principios Constitucionales, en representación de la Conferencia Episcopal de Chile, junto con la Profesora Valeria López13 Disponible en: Convención Constitucional | Video (desde minuto 45:00).. Algunos puntos relevantes de su intervención: “La Iglesia fundamenta la esencia de los derechos humanos en la naturaleza humana creada por Dios, y en el derecho natural. En consecuencia, los derechos humanos residen en la persona, en cuanto sujeto del poder y origen del Estado. Por lo tanto, los derechos del hombre no son concesiones de los Estados, sino que son de cada persona en virtud de su dignidad. Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de todos los ciudadanos”, “en fundamentar la libertad religiosa en el mismo concepto de dignidad de la persona, y por ello forma parte de sus derechos fundamentales”. La profesora, por su parte, aclaró la importancia de que en un Estado Laico, existe una verdadera independencia y respeto entre las creencias y confesiones religiosas y el Estado. Ante esto, el convencional Squella señaló que: “… es casi seguro que, de manera expresa, cosa que ninguna otra Constitución en Chile ha hecho, la próxima va a establecer que Chile es un Estado Laico. Un Estado Laico, en el sentido de que carece de religión oficial y de que garantizará, como no puede ser menos, la práctica de las religiones, incluida la de la libertad de culto” y luego señaló las 4 opciones que tiene el Estado frente a la religión, e indicó que en el Estado Laico no existen preferencias por las religiones, como por ejemplo, las exenciones tributarias, mientras que en el Estado Religioso, sí, preguntando si cada religión debería hacerse cargo de sí misma. La convencional Loreto Vallejos preguntó por qué una educación laica levanta banderas rojas por sectores de la Iglesia Católica cuando los expositores se han referido al Estado Laico. El convencional Baradit: ¿Porque los chilenos debiésemos financiar con exenciones tributarias multimillonarias a una organización que representa solamente a una parte de los chilenos?. La presidenta de la Convención e integrante de dicha comisión, Elisa Loncón, indicó lo siguiente: “…los pueblos indígenas fueron sacrificados por el pensamiento de la Iglesia como bárbaros y hasta el momento todavía no hay justicia y en este momento estamos siendo víctimas de violencia estatal y no he escuchado a la Iglesia todavía defendernos”, a lo que se le respondió que el Obispo de Temuco ha participado numerosas veces en mesas, encuentros e instancias de diálogo.

A favor

  1. El 24 de noviembre el Obispo de San Bernardo, Monseñor Juan Ignacio González, junto a los representantes de las confesiones religiosas evangélica, judía, musulmana y otras, presentó una propuesta popular constitucional que resguarda la libertad de conciencia y de religión.  

“La Constitución asegura a todas las personas:

1. La libertad de conciencia y de religión. La libertad religiosa comprende su libre ejercicio, la libertad de profesar, conservar y cambiar de religión o creencias, así como el derecho de asociarse para profesar y divulgar la religión o las creencias, tanto en público como en privado, en cuanto no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público. El Estado no puede coaccionar a persona alguna para actuar en contra sus convicciones o creencias religiosas y toda persona puede abstenerse de realizar conductas contrarias a ellas.

2. Se reconoce a las confesiones religiosas y creencias como sujetos de derecho y gozan de plena autonomía e igual trato para el desarrollo de sus fines, conforme a su régimen propio. Podrán celebrarse acuerdos de cooperación con ellas. Podrán erigir templos, dependencias y lugares para el culto, los cuales estarán exentos de toda clase de contribuciones. Los daños causados a dichos templos, dependencias y lugares para el culto y a las personas en el ejercicio de este derecho se consideran un atentado contra los derechos humanos de los afectados.

3. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa, espiritual y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Conclusión:

Si bien no se ha presentado aún ninguna propuesta constitucional que atente contra la libertad religiosa, las preguntas que le hicieron al Arzobispo Aós revelan una disposición anticristiana. Especialmente ilustrativo es el caso de la que hizo la presidenta Loncón (así como antes ocurrió con el caso de la bandera cristiana): se refirió a un presunto sacrificio de pueblos indígenas por culpa de la Iglesia, siendo que Aós fue a hablar de libertad religiosa en general.

Estado de Derecho: 

En contra

  1. El 3 de noviembre se aprobó el cronograma general de la Convención (a 4 meses de su inicio), pero incluía irregularidades: dos plazos de 60 días, corridos y hábiles, para la presentación y suscripción de propuestas populares constitucionales, cuando el reglamento general no hacía tal distinción; un día para la realización de plebiscitos dirimentes, pero el Congreso no ha tramitado ni aprobado un proyecto de ley que los concretice; solicitud de prórroga antes del vencimiento del plazo, etc. Respecto al plazo, se añade el problema de que el plazo comenzó a correr el 8 de noviembre, pero recién el 22 de noviembre estaba habilitada la Plataforma Digital para subir propuestas, y aunque varias ya han sido declaradas admisibles, no se han publicado, perdiéndose más días para alcanzar las quince mil firmas. 
  1. Luego de un atentado en Cañete, que terminó con una persona muerta, dos heridas y tres detenidos, el 4 de noviembre los convencionales de los Pueblos Originarios, en una sesión extraordinaria, le solicitaron al Presidente de la República terminar no prorrogar el Estado de Emergencia en las provincias de Malleco, Cautín y Arauco y poner fin a la “militarización del Wallmapu”, entregando presencialmente una carta. Por otro lado, la Presidenta Loncón, en la sesión de la Comisión de Pueblos Indígenas, hizo un llamado a los parlamentarios a no aprobar la solicitud del Ejecutivo.  Sin embargo, la Cámara aprobó la prórroga el 9 de noviembre.  Llamó la atención algunos dichos de la Presidenta: “…esta es una lucha política que estamos dando para la convivencia…La opresión no es a perpetuidad, los pueblos se liberan. Y nosotros estamos tras esa liberación. No están solas las comunidades allá, no estamos solos acá nosotros, el pueblo de Chile también nos acompaña...”.
  1. Todas las comisiones temáticas recibieron solicitudes de audiencia superiores al tiempo que pueden destinarle a ellas, por lo que, según el artículo 42 del Reglamento de Participación Popular, “se seleccionará por medio de sorteo público ante un ministro de fe y priorizará considerando los criterios de representación definidos por la comisión pertinente”. Sin embargo, no se conoce cuáles son los criterios ocupados para los sorteos, ni éstos se han realizado de forma pública, por lo que la falta de transparencia levanta dudas sobre quienes resultan electos.
  1. La Comisión Indígena tenía plazo hasta el lunes 22 de noviembre para aprobar el “Documento Base” que serviría para iniciar la Consulta Indígena. Sin embargo, debido a discusiones entre los convencionales de los Pueblos Originarios que integran dicha comisión, no se votó. Por ello, en caso de que se llegue a aprobar, sería contrario al reglamento pertinente  y sólo sería posible con una modificación al mismo. El problema es que el miércoles 1° de diciembre se votaron algunas enmiendas a los reglamentos, y ninguna incluía una ampliación del plazo para aprobar el Documento Base. Además, según su cronograma, la próxima semana inicia la discusión interna de los pueblos originarios sobre el documento no aprobado, lo que inevitablemente producirá un atraso en el cronograma de la comisión y general. 
  1. El 4 de noviembre, los convencionales Ruggero Cozzi, Ruth Hurtado y Luis Mayol realizaron un punto de prensa luego de la sesión de la Comisión de Justicia, para referirse al atentado en Cañete y las declaraciones de la Presidenta Loncón. Sin embargo, fue imposible que la convencional Hurtado pudiese terminar de hablar, pues la asesora de la convencional Dayanna González, comenzó a gritarles e interrumpirlos. Tanto los convencionales agredidos como el Secretario Ejecutivo presentaron oficios a la Presidenta por el actuar violento e irrespetuoso de la asesora, pero la convencional González la defendió y señaló que si bien se trató de un reacción impulsiva “responde al nivel de violencia que ejerce el Estado”. 
  1. Continúa el caso Rojas Vade en distintas aristas: el 30 de noviembre el 8° Juzgado de Garantía de Santiago declaró el sobreseimiento de la causa por el delito de desórdenes públicos cometido cuando ya era constituyente, mientras que en la causa por perjurio y estafa reconoció que mediante una rifa recaudó 13 millones para luchar contra un cáncer que nunca padeció y se negó al levantamiento del secreto bancario; el Senado no votó el 1 de diciembre el proyecto de ley que permite la renuncia y reemplazo de convencionales constituyentes, por lo que sigue recibiendo su sueldo como convencional, a pesar de que no asiste desde septiembre a su lugar de trabajo. Sin duda, un caso que sigue teniendo un daño comunicacional muy caro para la Convención. 
  1. Luego del resultado de las elecciones en primera vuelta, se cuestionó al vicepresidente Jaime Bassa por sus declaraciones del mismo día al anunciar públicamente su apoyo al candidato del Frente Amplio: “Debemos convocar a todos los sectores democráticos para construir en colaboración, con humildad y sin exclusiones. Desde ya me pongo a tu disposición @gabrielboric”. Sin embargo, ya al día siguiente una declaración de la Mesa cambió el tono con el que se recibió el resultado: “No nos corresponde analizar resultados electorales: la Convención Constitucional no responde a una contingencia específica porque, como se dijo, debemos concentrarnos en escribir una nueva Constitución. No obstante por supuesto que reflexionamos sobre lo que la ciudadanía manifiesta y más que nunca, nos comprometemos, a seguir adelante con nuestro cometido”. 

  2. El miércoles 1° de diciembre, la Convención dedicó parte de un pleno a discutir el contenido de una declaración condenando la violencia, a partir de dos propuestas, una presentada por convencionales de derecha y otra por convencionales de izquierda. En la primera se condenaba todo tipo de violencia como forma de expresión política, y la segunda, además señalaba que se debía “adoptar medidas institucionales y democráticas que permitan hacer justicia y poner fin a las diversas manifestaciones de violencia”. Lo preocupante es que hubo 16 convencionales que rechazaron ambas declaraciones, y la convencional María Rivera lo justificó señalando lo siguiente: “Yo no condeno toda forma de violencia, no soy hipócrita. No estoy aquí para no tener una ideología, porque a mí me eligieron por tener una posición política14  Disponible en: https://twitter.com/mariariveramit/status/1466204731915870215.…la violencia en este país la provoca y ejecuta quien tiene el monopolio de las armas, y ese es el Estado Capitalista. Por lo tanto, no me pidan que condene la violencia de la primera línea, por ejemplo, que enfrentó a la represión de carabineros a partir del 18 de octubre. No me pidan que condene la violencia que ejecuta el pueblo Mapuche como autodefensa que es legítimo, que es un derecho”.

  3. La Integración Secretaría Técnica de Comisión de Consulta Indígena no ha estado exenta de polémicas, sobre todo después de que se rechazara que Richard Caifal, abogado con experiencia en materias indígenas, la integrara pues había sido propuesto por un convencional de derecha, Eduardo Cretton, y los convencionales de los Pueblos Originarios alegaban que sólo ellos podía proponer nombres, cuestión que el Reglamento Indígena no ordenaba.

  4. En la tercera semana de noviembre, la Convención sesionó en la Región del Bio Bio, lo que significó visitar 18 comunas, recibir 144 audiencias públicas y 100 organizaciones sociales, asumir un gasto de 340 millones de pesos aproximadamente, solamente dos días de trabajo efectivo recibiendo audiencias, de las cuales varias eran personas de Santiago que exponían por zoom, ausencia de símbolos patrios en las actividades oficiales de la Convención. Por último, se difundió una noticia en la que se denunciaba que algunos convencionales participaron en fiestas y observaron una conducta reprochable en la piscina y bar del hotel en el que se alojaban, cuestión que no ha sido desmentida por el medio que lo informó.

A favor: 

  1. El 10 de noviembre la Corte de Apelaciones de Valparaíso declaró admisible un recurso de protección contra la Convención, interpuesto por ciudadanos para que se anularan las votaciones que aprobaron los plebiscitos dirimentes. 

  2. Dentro de las actividades que realizaría la Convención en su semana en el sur del país, estaba programada la realización de una actividad artística – cultural, que costaría más de 80 millones de pesos. Sin embargo, el abultado presupuesto causó una gran polémica, incluyendo un oficio a la Contraloría, por lo que el Gobierno Regional del Bío Bío decidió reprogramar el evento15 Disponible en: GORE Bío Bío anuncia reprogramación de evento musical por visita de CC: lamentan rencillas políticas.. Lo anterior, da una señal de austeridad y buen uso de los recursos fiscales en actividades que incluyan a la Convención. 

  3. Debido a los gastos y tiempo que requirió la semana del Pleno en el Bío Bío, la convencional Hurtado obtuvo un apoyo transversal de la propuesta “La Convención recorre Chile” para que en vez de ir a una región, visiten varias de forma paralela, dividiéndose los convencionales en grupos, usando dependencias de los gobiernos regionales con los que han suscrito convenios, para abaratar costos.

  4. Convencionales de Vamos por Chile presentaron una propuesta de norma constitucional para no alterar los periodos de las autoridades electas, y consiste en un artículo transitorio que establece que la propuesta del nuevo texto constitucional, “no alterará el período ni las atribuciones de las autoridades que hayan sido electas por votación popular durante el funcionamiento de la Convención Constitucional16 Disponible en: Iniciativa constituyente duración de mandato autoridades.pdf.. Si bien en una entrevista el vicepresidente Bassa dijo que le “parece razonable que tanto el próximo mandato presidencial como el período legislativo ordinario se lleven a cabo íntegramente”, aclaró que “La derecha tiene un olfato político bien agudo para obtener rendimiento electoral con este tipo de artimañas, que no tienen por finalidad el contenido que eventualmente declaran sino obtener un rendimiento electoral de corto plazo. Eso no está pensado en el bienestar o la buena salud de las decisiones constituyentes, está pensado en las decisiones de la segunda vuelta, por eso enrarece el ambiente. Terminamos llevando adelante una discusión que tiene forma de discusión constituyente pero en realidad es una artimaña política en medio de un proceso electoral. Por eso hace tanto ruido, no tiene nada que ver con lo que nosotros hacemos acá adentro17 Disponible en: 🤖 Manos a la obra: comienza el debate de fondo..

Conclusión:

Se ha dicho que la Convención moderó su conducta luego de los recientes resultados electorales, pero, como es de público conocimiento, la Convención se ha desprestigiado debido a múltiples escándalos que manifiestan falta de seriedad institucional. Además, dentro del debate de la Convención han continuado las apologías de la violencia ilegítima, los atrasos injustificados y las declaraciones que buscan intervenir en las decisiones de los poderes del Estado. 

Aeterni Patris: para una restauración de la filosofía cristiana

En esta reseña, Vicente Hargous nos cuenta sus impresiones sobre la encíclica de León XIII «Aeterni Patris», un texto donde el pontífice que dio la bienvenida al siglo XX llama a restaurar la filosofía cristiana siguiendo a santo Tomás de Aquino. Nuestro investigador concluye que no sólo basta con aparejar nuestras conclusiones con las del Aquinate, sino que deben intentarse rescatar tanto las premisas como el método utilizados por el santo dominico del s. XIII.

Para quienes somos hijos de este tiempo ―hijos del Concilio Vaticano II― constituye una verdadera revelación leer encíclicas de los Píos del siglo XX y de León XIII. La doctrina de los últimos Pontífices ha servido para profundizar muchísimo en diversos aspectos de nuestra fe, y su nueva retórica quizás ha acercado a muchos a la Iglesia o ha evitado su alejamiento. Sin embargo, nos hace mucho bien a los fieles conocer también el Magisterio preconciliar, del que sin duda tenemos cosas que aprender. Uno de los aspectos más llamativos para nuestra época es el estilo combativo, militante, de la Iglesia antes del Concilio Vaticano II, y la Encíclica Aeterni Patris es un ejemplo muy ilustrativo de eso. Debemos amar a nuestros enemigos, por cierto, pero eso no significa que debamos desconocer que existen verdaderas guerras intelectuales, culturales y psicológicas en la actualidad. En efecto, no basta con amar a los que están lejos, sino que debemos también persuadirlos y, si no parecen tener remedio a nuestro alcance, tenemos el deber de «refutar a los herejes e instruir a los cristianos» (León XIII, Aeterni Patris), para evitar que más personas caigan en tales errores. En esta encíclica propone León XIII recordar que la filosofía debe ser vista como un arma para nuestra batalla de la defensa de la verdad y la justicia: «pertenece a las ciencias filosóficas (…) defender religiosamente las verdades enseñadas por revelación y resistir a los que se atrevan a impugnarlas» (León XIII, ibid.). La filosofía es «esclava y servidora de las doctrinas celestiales» (León XIII, ibid.). De ahí que León XIII señalara que 

constando que las cosas conocidas por revelación gozan de una verdad indisputable, y que las que se oponen a la fe pugnan también con la recta razón, debe tener presente el filósofo católico que violará a la vez los derechos de la fe y la razón, abrazando algún principio que conoce que repugna a la doctrina revelada.  

León XIII, ibid.

Este tono combativo no pretende imponer la fe, sino hablar a los que están encargados de enseñar, para cuidar así a los pequeños, que están expuestos a ser seducidos por falsedades que ponen en peligro sus almas y quizás incluso el bien común político. Con dicho diagnóstico comienza esta encíclica León XIII: «según el aviso del Apóstol, “por la filosofía y la vana falacia” (Col. II, 18) suelen ser engañadas las mentes de los fieles cristianos» (León XIII, ibid.). Pues bien, en nuestros días es mucho más necesario ser conscientes de este peligro. Teniendo esto presente, León XIII propone en este documento una restauración de la filosofía cristiana siguiendo las huellas de santo Tomás de Aquino. 

Con la fe cristiana «ninguno cae en los lazos del error, ni es agitado por las olas de inciertas opiniones» (León XIII, ibid.). No obstante, el aire que respiramos hoy desde el punto de vista cultural, moral e intelectual suele ser adverso a la fe e incompatible con la fe, justamente porque está lleno de ideas que en el fondo son errores, «vana falacia». Un esfuerzo muy loable y titánico se ha hecho en los últimos decenios para responder a las inquietudes y anhelos del hombre contemporáneo, hablando en su lenguaje y desde filosofías modernas (basta con leer a Juan Pablo II o Benedicto XVI), como ya habían hecho en su momento los Padres y los apologistas al aprovechar las verdades que ya reconocían los sabios paganos, «para que, en efecto, se manifieste que también la sabiduría humana y el mismo testimonio de los adversarios favorecen a la fe cristiana» (León XIII, ibid.). Esto es posible precisamente porque la fe no es irracional ni contrapuesta a la razón: «Dios no solo es veraz, sino también la misma verdad, incapaz de engañar y de engañarse» (León XIII, ibid.). La encíclica muestra la astucia con la que los Padres de la Iglesia se sirvieron de las doctrinas de los filósofos griegos, atribuyendo a la filosofía «aquello con que la fe salubérrima (…) se engendra, se nutre, se defiende, se consolida» (San Agustín, De Trinitate, XIV, c. 1, citado en León XIII, Aeterni Patris).

Si bien nosotros podemos y debemos, siguiendo a los Padres y a los apologistas, aprovechar lo que hay de verdad en los pensadores de nuestro tiempo ―la verdad es la verdad, venga de donde viniere―, la vida humana requiere conocimiento cierto y verdadero de las cosas. En ese sentido, León XIII se refiere a la necesidad de un entendimiento apoyado «en sólidos y verdaderos principios» (León XIII, ibid.). Pues bien, sin duda el mejor modo de educar a la inteligencia es, a juicio de dicho Pontífice y de muchos otros, el seguimiento fiel de la teología escolástica (cfr. Sixto V, Triumphantis, citado en León XIII, Aeterni Patris), y «entre los Doctores escolásticos brilla grandemente Santo Tomás de Aquino, Príncipe y Maestro de todos» (León XIII, ibid.).

Podría alguien pensar que la propuesta de esta encíclica fue útil para su época, pero que ya ha corrido mucha agua debajo del puente… ¿Tiene sentido seguir leyendo los latines de un monje que vivió en un mundo tan distinto del nuestro? ¿Son suficientes los principios tomistas para enfrentar las objeciones del constructivismo en las ciencias sociales, el evolucionismo en sus diversas formas, el postpositivismo o el postestructuralismo? ¿Puede responder el Aquinate a los desafíos de la técnica contemporánea, a las sugestiones del nihilismo y el relativismo, a las preguntas de generaciones enteras que han perdido totalmente el sentido de sus vidas? Es verdad que cada tiempo tiene sus afanes propios, pero compartimos con Tomás una misma naturaleza humana, habitamos un mismo cosmos y fuimos creados por el mismo Dios; y es que el orden de todo lo real subsiste, precisamente porque fue hecho con miras a un fin. Por eso, tiene plena vigencia la necesidad de una restauración del tomismo, «¡id a Tomás!», como se titula un libro de Eudaldo Forment. Quizás lo que más necesitamos en esta época no es seguir a los ciegos que guían a otros ciegos ―llevándonos a los precipicios de la náusea, de la angustia o de la nada―, sino a quien nos pueda dar fundamentos sólidos, coherentes con lo que nos muestran los sentidos, con lo que nos indica el sentido común, con la sabiduría popular, con la fe y con lo que nos han enseñado nuestros padres y abuelos… necesitamos algo a que aferrarnos, y no hay ancla más firme, no hay piedra más granítica, que la filosofía sugerida por León XIII en Aeterni Patris, que es la de santo Tomás de Aquino. Prueba de su solidez y seguridad doctrinal fue el uso de la Summa Theologiae en el Concilio de Trento:

la mayor gloria propia de Tomás, alabanza no participada nunca por ninguno de los Doctores católicos, consiste en que los Padres tridentinos, para establecer el orden en el mismo Concilio, quisieron que juntamente con los libros de la Escritura y los decretos de los Sumos Pontífices se viese sobre el altar la Suma de Tomás de Aquino, a la cual se pidiesen consejos, razones y oráculos.

León XIII, ibid.

León XIII expone de qué manera la misma figura de santo Tomás se relaciona con su pensamiento y su obra, alabando sus virtudes de santo, su profundidad de filósofo, su luminosidad de teólogo:

De dócil y penetrante ingenio, de memoria fácil y tenaz, de vida integérrima, amador únicamente de la verdad, riquísimo en la ciencia divina y humana, comparado al sol, animó al mundo con el calor de sus virtudes, y le iluminó con esplendor. No hay parte de la filosofía que no haya tratado aguda y a la vez sólidamente: trató de las leyes del raciocinio, de Dios y de las substancias incorpóreas, del hombre y de otras cosas sensibles, de los actos humanos y de sus principios, de tal modo, que no se echan de menos en él, ni la abundancia de cuestiones, ni la oportuna disposición de las partes, ni la firmeza de los principios o la robustez de los argumentos, ni la claridad y propiedad del lenguaje, ni cierta facilidad de explicar las cosas abstrusas.

León XIII, ibid.

La síntesis filosófica y teológica del doctor angélico reunió en un corpus coherente y unitario las doctrinas de los antiguos doctores sagrados, dándoles un renovado «orden admirable» (León XIII, ibid.), profundizando en ellas con nuevos principios. Dicho orden se explica por la estructura del razonamiento tomista. En esa línea, León XIII destaca un punto que debe llamarnos especialmente la atención: no basta con arribar a las mismas conclusiones que santo Tomás a partir de categorías contemporáneas (muchas veces por un «amor a la novedad», que no pasa de ser un ridículo complejo de inferioridad), como hacen muchas escuelas y autores que se autodenominan «tomistas». Es necesario partir de sus principios y seguir su método. Es necesario asumir con claridad el realismo gnoseológico, la filosofía del ser, la teleología, los principios de la lógica… Es necesario reconocerlos como verdades, precisamente porque lo son en verdad (por mucho que lo traten de negar y renegar con sus pedaleos mentales ciertos burgueses progres hinchados de vanidad). Es necesario evitar las falacias de tanta locura que da vueltas por ahí (las nadas que nadean y todo eso) con un método que permita claridad para unir sin confundir y distinguir sin separar: 

aquella oportuna y enlazada coherencia de causas y de cosas entre sí, aquel orden y aquella disposición como la formación de los soldados en batalla, aquellas claras definiciones y distinciones, aquella firmeza de los argumentos y de las agudísimas disputas en que se distinguen la luz de las tinieblas, lo verdadero de lo falso, las mentiras de los herejes envueltas en muchas apariencias y falacias, que como si se les quitase el vestido aparecen manifiestas y desnudas.

Sixto V, Triumphantis, citado en León XIII, Aeterni Patris

Urge restaurar la filosofía cristiana, el tomismo estudiado desde su misma fuente, y esta es la audaz recomendación de León XIII. ¡Cuánto bien se seguiría si desde las ciencias sociales se pensara con cabezas tomistas! ¡Cuánto ayudaría a nuestra cultura oscurecida (decepcionada nieta del siglo de las luces… apagadas) la luz de los vitrales de las catedrales góticas y Universidades medievales! ¡Cuánta paz traería a nuestras sociedades divididas por odiosas luchas y oposiciones estructurales ―padres e hijos, autoridades y subordinados, hombres y mujeres, ricos y pobres― el recuerdo de que somos fruto de un acto amoroso de un Padre que es Providente y Señor de la Historia! 

Tres lecciones de «Memoria de Sí y Educación Del Otro» para una revista digital

Ignacio Suazo comenta un artículo del profesor Enrique Martínez, profesor de metafísica, antropología filosófica y pedagogía en la Universitat Abat Oliba CEU, de Barcelona. Se trata de un artículo titulado «Memoria de sí y educación del otro», muy apropiado para mirar atrás y reflexionar sobre lo que ha sido Veritas et Bona como proyecto formativo, así como también para pensar en nuestra futura revista.

Formalmente, con este número despedimos nuestro boletín Veritas et Bona, el que fuera el espacio formativo de Comunidad y Justicia por poco más de un año. Al hacerlo, se entremezclan sentimientos de esperanza, gratitud y –por qué no decirlo– nostalgia. Esperanza, porque abandonamos este proyecto sólo para embarcarnos en uno aún más grande: la revista digital Suroeste. Gratitud, porque durante este periodo quienes escribimos artículos tuvimos la inmejorable oportunidad de estudiar y conocer la doctrina social de la Iglesia y lo más graneado de la tradición filosófica iusnaturalista (algo que alguien como yo, formado al alero de las ciencias sociales, agradece sobremanera). Y la nostalgia… bueno, es algo inevitable, habiendo sido parte de la breve historia de Veritas et Bona.

Más allá de los sentimientos que embargan, un cambio como este resulta ser un buen momento para evaluar y proyectar:  repetir aquello que se haya hecho bien y tomar conciencia de aquello que se hizo mal, con la esperanza de poder mejorarlo. Y si se trata de hacer evaluaciones, nada mejor que comenzar analizando lo realizado a la luz de su fin, que en este caso, no es otro que el de educar. En efecto, un boletín como Veritas et Bona busca, en último término, a ayudar a otros a querer el bien y rechazar el mal a través del desarrollo de argumentos, con análisis (ojalá lúcidos) de la realidad y la defensa de ciertas posiciones. En esa línea, un texto como “Memoria de sí y educación del otro” de Enrique Martínez, que reflexiona sobre la esencia de la educación, tiene mucho que decirnos. Específicamente, hay al menos tres lecciones que pueden desprenderse de este texto y desde las cuales podemos evaluar nuestros proyectos. 

La primera lección es quizá la más importante: si queremos orientar correctamente un proceso educativo, no podemos olvidar el fin último del hombre, esto es, la felicidad. Dejar de tener esta consideración no impedirá que la educación tenga algún fin más o menos implícito (¡siempre lo hay!), pero será presa fácil de consideraciones técnicas tan parciales como contingentes (“productividad”, “objetivos pedagógicos”, entretenimiento, etc.). No cabe duda de que la felicidad es hoy un concepto bastante equívoco, pero Martínez se encarga de recordarnos su significado: “la vida racional alcanza su modo más pleno de ser en la felicidad”.1Martínez, 85. Es decir, el concepto de felicidad sólo tiene sentido si se entiende como desarrollo de esta dimensión racional del ser humano, a saber,  su inteligencia y su voluntad. 

Ciertamente lo primero es el conocimiento de la verdad (no se puede desear aquello que no se conoce), pero el filósofo español nos recuerda que no hay verdadera contemplación (y por ende, perfección moral) donde no se desea aquello que se contempla: “(…) aunque el acto cognoscitivo sea más perfecto de suyo que el apetitivo, si no alcanza el grado de contemplativo no decimos que dé la felicidad.”2 Martínez, 86. ¿Y qué es lo que debe ser contemplado? No es otra cosa que el bien más perfecto al cual el hombre puede aspirar: Dios mismo. “(…) la felicidad plena, que puede dar  el Bien infinito, consiste en la contemplación misma del rostro de Dios”. 3Martínez, 86. En efecto, no hay educación ―verdadera educación― donde no se apunta de algún modo a Dios.

Que la educación tiene como fin la felicidad y a Dios es una intuición muy presente en Veritas et Bona, porque es una verdad profundamente arraigada en la doctrina social de la Iglesia, cuyos principios intentamos seguir siempre. Por ejemplo, en la segunda edición de nuestro boletín,4 Suazo, «Fides et Ratio y la comprensión de los DD.HH.» encontramos una reflexión de la encíclica “Fides et Ratio” donde se recuerda que la razón debe reconocer a Dios en “su trascendencia soberana y su amor providente en el manejo del mundo”.5  San Juan Pablo II, Fides et Ratio, sec. 18.  No siempre es fácil sacar todas las consecuencias prácticas de semejante frase, pero su llamado es claro: Dios no puede ser excluido del ejercicio de la razón, a costa de ocultar a los ojos del hombre su propia humanidad. Sólo en Dios (a través de Cristo) se esclarece el misterio del hombre, como recordaba Vicente Hargous en un ensayo, haciendo un guiño a Gaudium et Spes.6 Hargous, «Reseña de “¿Qué es el hombre?”, de Joseph Ratzinger». Si la educación debe orientarnos a la verdad y, en último término, a Dios entonces nuestra razón no puede quedar encerrada en ella misma, sino que debe ser formada en la verdad. Intentamos dar cuenta de esta intuición en los textos seleccionados para la novena edición de nuestra revista. Buena parte de los textos desarrollaban argumentos relativos a la conciencia recta, es decir, de aquella deliberación personal debe ser realizada a la luz de la verdad, si quiere ser acertada. 

La segunda lección de Martínez es como un corolario de la primera. Su texto nos enseña cuál es la esencia misma de la razón. Por ser ella misma subsistente y por ende, completamente inmaterial, ella es capaz de volver completamente sobre sí misma (algo que es, de paso, completamente ingenuo para el pensamiento filosófico contemporáneo). Y es que la razón, al menos su acto primero, es pura reflexividad. Es lo que Martínez llama memoria (pues el alma se recuerda siempre a ella misma, es necesario que se tenga habitualmente presente a sí misma para poder pensar actualmente), que es capaz de noticia (intelección de las especies) y de amor (volición determinada libremente). En otras palabras: la autoconciencia es el fundamento de la inteligencia y de la voluntad. Tener claro la naturaleza eminentemente inmaterial de la razón (y por tanto, de las facultades recién mencionadas) se convierte en todo un desafío en el mundo contemporáneo (nunca liberalismo y marxismo habían estado tan de acuerdo de algo), donde desde todos los frentes se jibariza tanto a la inteligencia como a la voluntad: a la primera, por su incapacidad de captar verdaderamente la esencia de las cosas; y a la segunda, por su imposibilidad de actuar de forma auténticamente libre. Veritas et Bona intentó proclamar desde su primera hora la dimensión espiritual de la persona humana, la cual le permite acceso a la verdad. No en vano se dedicó todo un número (el n°10) a defender la tesis de la objetividad de la ética. Sin embargo, la negación de esta verdad, las más de las veces, ocurre de forma velada. Pasa, por ejemplo con la eutanasia: detrás de una comprensión de la dignidad humana como una mezcla de bienestar y autonomía (“ante este dolor, me mantengo digno y elijo morir”) lo que hay es un olvido de la capacidad racional de la persona humana, de su capacidad de conocer su naturaleza humana y su dignidad.

Martinez deja todavía una tercera lección por delante: la educación se da fundamentalmente en la relación entre maestro y discípulo, o dicho de otra forma,  un encuentro entre un hombre que logra algo en su vida digno de ser amado y otro que ―consciente de su indigencia― pide ayuda. Vaya desafío para un medio digital. Porque si bien en una revista esta comunidad de discípulos y maestros tiene sus particularidades, marcadas por la ausencia del otro (a quien sólo conocemos a través de sus escritos), en último término, la finalidad sigue siendo educativa.

De la contemplación de esta diada pueden salir páginas sin fin de meditaciones. Pero en este breve texto me conformo con dar cuenta de tres cosas. La primera es que la adquisición personal de aquello que se enseña ―sea conocimiento especulativo, sea un conocimiento práctico― es algo subjetivamente elaborado por el maestro. Es lo que Martínez refiere al decir que “las actitudes del maestro pertenecen al acto educativo en la medida que hayan sido pronunciadas primero en el corazón del maestro”.7Martínez, «Memoria de Sí y Educación Del Otro», 92. Esto plantea un desafío importante para nuestra revista: no basta saber, sino que se debe hacer propio aquello que se sabe. Esto sin duda vale para los autores (¡alta responsabilidad!). En efecto, difícilmente un autor puede transmitir una verdad con la cual no se haya comprometido profundamente. Sin embargo, la tarea de transmitir adecuadamente lo verdadero no descansa sólo sobre los débiles hombros de quien se decide a escribir un artículo digital. Un autor se deja acompañar por hombres y mujeres que le anteceden y que por sus palabras y/u obras, sí logran expresar aquello que nuestra prosa muchas veces no logra captar. Y en Veritas et Bona, recurrimos a personas que sí se han transformado en señalizadoras del camino: Chesterton, León Bloy, Dorothy Day, San Juan Pablo II y un largo etcétera.  De sus libros y testimonios nos alimentamos y vivimos. Y si logramos que alguno de nuestros lectores conociera a estos hermanos mayores, entonces podemos darnos por satisfechos con nuestro cometido.

    Pero en la educación no todo depende del maestro. Un segundo punto marcado por Martínez es la importancia del educando. Pues si la palabra a enseñar debe ser dicha en primer lugar en el corazón del maestro, de modo que este desea poder entregársela a alguien ─nos dice el profesor Martínez─8Martínez, 92. la educación sólo existe cuando hay un educando dispuesto a ser educado. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Promoción de la libertad del educando? ¿Conocimiento de sus características y búsquedas? ¿Búsqueda de un vínculo? Todas estas son cosas buenas y hasta necesarias. Pero ¿Dónde se encuentra el principio fundamental desde el cual se construye todo el edificio educativo? Si la educación comienza en el educando, no cabe duda que esta descansa en buena parte en la propia motivación del educando, quien por sus propios medios busca aprender. Al decir del  Padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, no puede haber verdadera heteroeducación sin autoeducación. y sí queremos ser más precisos sólo puede educarse quien desea crecer, conociendo más la verdad de las cosas y deseando realizar proyectos más nobles. Con todo, todavía se puede dar un paso más en la comprensión de la educación.

Enrique Martínez lo ve con claridad: “¿Quién que no reconozca su ignorancia, su torpeza o su inmadurez podrá sentirse ansioso de mejorar?»9 Martínez, 92.Es lo que él llama indigencia: el deseo de perfección, mediante la sabiduría o la virtud, nace de esta aceptación de necesidad.10 Martínez, «Memoria de Sí y Educación Del Otro», 93.  Hoy nos resulta chocante escuchar estos términos, en buena parte por cierta influencia cultural. Ciertas corrientes pedagógicas contemporáneas (hoy dominantes) intentan oscurecer todo aquello que huela a límite, so pretexto de que el niño no se haga una imagen equivocada de sí mismo que le impida aprender.

Por otro lado ¿Puede alguien experimentar deseos de aprender si no es antes consciente de que no sabe?  Y este reconocimiento sin duda genera tristeza, pues la percepción de adolecer de algo se experimenta como un mal presente. Pero es aquí donde el educador juega un rol clave, pues este es capaz –a través de su palabra y ejemplo– mostrar que es posible adquirir aquello que se echa en falta. El problema no es tanto mostrar el límite, como mostrar que normalmente se es capaz de cruzarlo. Entonces la tristeza da paso a la esperanza: aparece el conocimiento o la virtud como un bien arduo, posible de adquirir con trabajo. 

Llegado a este punto, debemos preguntarnos ¿Buscó Veritas et Bona conectar con la indigencia de sus lectores? ¿Fue capaz de captar las grandes preguntas de sus suscriptores? ¿Habrá sido capaz de despertar la siempre necesaria conciencia de límite y la subsecuente voluntad de crecimiento? Para ello sin duda pusimos algunos medios: realizar encuestas para conocer el perfil y percepción de quienes recibieron mes a mes nuestros boletines o conversar con nuestros más asiduos lectores. Buscamos así mismo poner en la palestra temas en los cuales hay normalmente un gran desconocimiento, como la usura o el adecuado uso de la fuerza. También intentamos cubrir aquellos temas que, por ser fundamentales, se vuelven siempre necesarios de profundizar: la paternidad o la relación entre política y catolicismo ¿Fue suficiente? Probablemente no. Pudimos poner más medios para conocer a nuestros lectores, sin duda. Y pedimos para que Dios haya suplido aquella indigencia de quienes intentamos algo dar.

Estas breves pero exigentes tareas se traducen en un gran ideal: la conformación de una comunidad de educadores y educandos. Una que acepte la naturaleza humana y su vocación por la felicidad. Que acepte que esa felicidad sólo se alcanza la capacidad de verdad que tiene el hombre. Que encuentre a educadores poseídos de ciertas verdades comprendidas y aquilatadas en el corazón, dispuestos a dar a conocer sus conocimientos a un público que sepa de su indigencia.  Porque eso es lo que intentó ser Veritas et Bona y ahora buscará emular Suroeste: un espacio que propicie los vínculos entre escritores y lectores. Y si un estudiante universitario pudo encontrar un nuevo referente intelectual, si logramos generar un debate honesto y respetuoso gracias al cual un autor pudo refinar sus argumentos, hallando así la manera de comunicarlos de mejor forma, o si logramos reafirmar la convicción de un padre de familia de que es posible llegar a la santidad, entonces podremos darnos por satisfechos.

¿Tiene sentido buscar la Verdad en el siglo XXI?

Vicente Hargous nos propone una reflexión en torno al modo de responder a los anhelos e inquietudes que plantea el hombre contemporáneo: el diálogo y el don de lenguas para darse a entender son necesarios, pero no nos pueden llevar a dejar de lado la comprensión más profunda de lo real que tenía la metafísica clásica, pues sólo desde ella podremos responder cabalmente a los desafíos de nuestro tiempo.

Vivimos una época en que la confusión y el escepticismo campean a sus anchas por las mentes de las personas. Junto con una fuerte dosis de ignorancia en materia religiosa, hay mucha inseguridad, pensamiento débil, discontinuidad vital y desconexión respecto de lo que hemos recibido… Todo un caldo de cultivo que, en un mundo secularizado y globalizado, propicia la “dictadura del relativismo” (Ratzinger, Joseph: Homilía, Misa pro eligendo Pontifice, 18-IV-2005), el indiferentismo religioso y la idea de que ya no existe nada sólido a que aferrarse. La metafísica ha sido demolida. El fracaso de la modernidad en la segunda guerra mundial nos ha quitado las falsas seguridades del hombre racionalista ilustrado, que a su vez nos habían quitado los fundamentos existenciales que entregaban la fe y la filosofía clásica. A esto se suma el que la cultura tiende a la búsqueda de lo apetecible por sobre lo verdadero (ya nos enseñaba el buen Chesterton que “cuando se deja de creer en Dios enseguida se cree en cualquier cosa”)… Lo que nos queda es un panorama desolador, frente al cual muchos jóvenes católicos no saben cómo reaccionar y, muchas veces, se dejan llevar por el turismo intelectual de probar todo, recoger un poco de cada cosa y, así, acrecentar más aún la propia ensalada mental.

Dar a conocer a Cristo en nuestra época exige conocer al hombre contemporáneo, con sus anhelos y temores. Ahora bien, conocer el ambiente no significa mezclarse en él hasta el punto de perderse en la tormenta de vientos de doctrina que circulan hoy, hasta diluir la propia identidad cristiana y no dejar más que pequeños resabios de un mundo que ya pasó o infundadas convicciones morales hoy incomprensibles para los demás. Y es que hay una realidad que no cambia: hay una común naturaleza que compartimos con un Aristóteles, un Agustín y un Tomás; y hay asimismo unos conceptos que, aunque los llamemos de maneras distintas, son necesarios para explicar lo que somos, lo que es el mundo que nos rodea y lo que es Dios. Es frecuente que se insista en las necesidades ―muy reales― de adecuar el lenguaje para darnos a entender al oyente y de comprender el contexto actual para responder a su anhelo de infinitud ―de modo que pueda satisfacer sus inquietudes vitales―, pero apenas se menciona la necesidad de conservar (o quizás de restaurar) la propia identidad, de generar vínculos con otros que hayan descubierto esa identidad como quien encuentra un tesoro, de compartirla y defenderla de quienes la quieren destruir. 

Incluso entre católicos que podríamos considerar bien formados existe una ignorancia tremenda respecto de materias morales y políticas que antes se consideraban parte del acervo común de nuestra civilización… o al menos no existe claridad sobre los fundamentos racionales de lo que se cree. Y como nadie da lo que no tiene, no basta con comprender al hombre contemporáneo y dialogar con él (tareas muy necesarias): es necesario antes ordenar la propia casa. Debemos recuperar los conceptos de un vocabulario perdido que nos conecta con 2000 años de historia, ordenar los saberes según su natural jerarquía, catequizar a los propios antes que a los lejanos.

Incluso los neopaganos que sostienen premisas relativistas tienen ―sin saberlo ni explicitarlo― un criterio conforme con el cual juzgan lo que dicen y escuchan. La diferencia entre el nuestro y el suyo es que nosotros sabemos que su criterio es falso y que el nuestro es realmente la verdad, no por soberbia, sino porque de otra manera no creeríamos en lo que creemos. Los cristianos no somos plenamente poseedores de la verdad, pero sí nos sabemos poseídos por ella (cfr. Benedicto XVI: Homilía, Misa con sus exalumnos, Castelgandolfo, 2-IX-2012). Es necesario que las proposiciones sean juzgadas como verdaderas o falsas, conforme con un criterio que es la Verdad misma que estamos llamados a contemplar (cfr. Santo Tomás de Aquino: Summa contra gentiles, I, L. I, 1).

La filosofía clásica en general ―y la tomista en particular― veía el árbol del conocimiento como regido o gobernado por un tronco que fundaba cada una de sus ramas. Dicha función ordenadora corresponde precisamente a la metafísica (ya nos decía san Pío X que “nunca dejará de ser de gran perjuicio” apartarse del doctor de Aquino, en especial en cuestiones metafísicas). La metafísica es la ciencia arquitectónica por antonomasia (cfr. Santo Tomás de Aquino: Summa contra gentiles, I, L. I, 1), la scientia rectrix a partir de cuyos principios es posible todo otro conocimiento.

Existe un cierto isomorfismo entre el mundo y nuestro conocimiento, y por eso nuestro conocimiento debe ordenarse según el orden del mundo, pues el mundo es un cosmos ordenado. Más allá de los pedaleos mentales de los modernos y postmodernos que buscan negarlo, la planta tiende ―como el perro o el niño― a desarrollarse según su propia naturaleza, la oveja huye del lobo y el pato migra en invierno. Pero el orden de cada cosa se dice respecto de su fin, y todo fin es necesariamente intentado por una inteligencia. Por tanto, el fin último de cada cosa fue dado por quien le dio su existir, que es el Nous, el Logos ordenador del universo, al que todos llamamos Dios (una de las famosas vías del doctor angélico). A partir de esta idea, santo Tomás prueba que, dado que el bien del intelecto es la verdad, la verdad debe ser el fin último del universo. La verdad ordenadora de todas las cosas será, así, el criterio conforme con el cual se han de juzgar todas las proposiciones: lo propio del sabio es “contemplar principalmente la verdad del primer principio y juzgar de las otras verdades”, para desde dicha contemplación “impugnar las falsedades” (Santo Tomás de Aquino: Summa contra gentiles, I, L. I, 1), pues es también necesario refutar el error y no sólo meditar la verdad. La sabiduría no consiste en un chato conocimiento de ciertos tecnicismos filosóficos y teológicos, sino en una comprensión profunda de lo real, que nos permite juzgar bien, entender el mundo que nos rodea y compartir dicha comprensión con nuestros contemporáneos.

Veritas et Bona nació para aportar un pequeño grano de arena en la formación de los fundamentos del conocimiento de unos pocos, sobre lo que es verdadero y bueno, sobre los fundamentos de la dignidad de la persona a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Nos aventuramos ahora a un proyecto más ambicioso, que apunta al mismo objetivo, pero con un público más amplio, con autores externos y toda la motivación para poder tener impacto en todo el continente. Contamos con su apoyo para la difusión de este proyecto: nuestra revista Suroeste. 

¡Viva Cristo Rey!

Este domingo, Solemnidad de Cristo Rey, coincide con la fecha en que tendrán lugar las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales en nuestro país. Para preparar este evento, les proponemos la siguiente reflexión de nuestro investigador, Vicente Hargous, sobre política, materias opinables y el Reinado social de Cristo, tal como lo enseñó Pío XI en su encíclica Quas Primas.

Doquiera el Rey de reyes, levántese un altar,
a Dios queremos en nuestras leyes,
en las escuelas y en el hogar.

Privilegiado el fiel católico que ha escuchado estos viejos versos sonar en su parroquia. Se trata de una canción muy nuestra ―muy chilena―, de contenido entrañable y con un regusto a esa catolicidad que se hallaba profundamente incorporada en el carácter de nuestra patria hasta hace unas cuantas décadas. La melodía de esta canción fue tomada del himno de los Estados Pontificios: Noi vogliam Dio, che è Nostro Re! ―Queremos a Dios, que es nuestro Rey. También en México se cantaba con la letra del «Tú reinarás, este es el grito»: «Reine Jesús por siempre, reine tu Corazón, en nuestra patria, en nuestro suelo». Todas estas canciones denotan algo que ya parece perdido en la vida cristiana de nuestros días: la radical unidad de vida del catolicismo ―incompatible con la pusilánime actitud de esconder la fe en los recónditos rincones de la vida privada o la subjetividad de la conciencia individual―, la proyección de la propia fe en la vida pública, la comprensión de la gracia santificante como sobreelevación de lo natural y, en definitiva, el Reinado social de Jesucristo. El pueblo cristiano se daba cuenta de que no es posible para el católico separar tajantemente la fe de nuestras decisiones políticas, y el Magisterio Pontificio había reconocido dicha intuición mediante la doctrina de Cristo Rey, sobre todo en la encíclica Quas Primas, de Pío XI. 

Es cierto que muchas veces ha habido abusos al respecto: personas nominalmente católicas que, de hecho, en nombre de Dios han promovido causas abiertamente incompatibles con la fe, como la lucha de clases o la revolución del proletariado. Muchos católicos, en consecuencia, se ponen en guardia cuando escuchan hablar de Cristo Rey como algo más que un reinado meramente espiritual, sin ninguna repercusión sobre las estructuras temporales. Piensan que esas actitudes llevan a mezclas indebidas, a clericalismos que no respetarían la libertad de las conciencias de los fieles o la autonomía de las realidades temporales (pues todo lo político ―no digamos ya lo económico― se encontraría dentro de los inmensos e indeterminados dominios de lo opinable). Sin embargo, la separación total no es real, ni es posible, ni es lo que enseña y ha enseñado siempre la Iglesia. Por otro lado, hoy ocurre lo contrario, pues sin duda vivimos en tiempos que podemos llamar laicistas: cada vez se hace más fuerte la apostasía pública, el ateísmo social que busca borrar del mapa la sola mención de Dios en el espacio público. Aun así, muchos católicos prefieren dejar de lado este aspecto y buscar el bien común dejando a la religión de lado.

Este espinoso asunto es una manifestación más de la permanente tensión entre gracia y naturaleza. Lo perfecto no anula lo imperfecto, sino que lo eleva y lo lleva a su propia plenitud: sin dejar de ser lo que era, le da una nueva forma de ser. Así ocurre con la gracia que nos eleva a la condición de hijos adoptivos (¡pero reales!) de Dios, sin dejar por eso de ser imágenes de Dios y animales racionales por naturaleza. Los asuntos temporales, por eso, no se ven perturbados como por un injerto extraño cuando se dice que Cristo ha de reinar sobre ellos, sino que de esta manera llegan a alcanzar de modo más pleno su propio fin. El bien común que nos trae Cristo y la paz de Cristo no se oponen al bien común o a la paz temporal, y sería absurdo que se opusieran. Por el contrario, como señalaba Pío XI: «no hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz que procurar la restauración del reinado de Jesucristo» (Pío XI, Quas Primas, 1)1 Esta idea ya la había sostenido Pío XI en su encíclica Ubi Arcano: Síguese, pues, que la paz digna de tal nombre, es, a saber, la tan deseada paz de Cristo, que no puede existir si no se observan fielmente por todos en la vida pública y en la privada las enseñanzas, los preceptos y los ejemplos de Cristo: y una vez así constituida ordenadamente la sociedad, pueda por fin la Iglesia, desempeñando su divino encargo, hacer valer los derechos todos de Dios, los mismo sobre los individuos que sobre las sociedades. En esto consiste lo que con dos palabras llamamos Reino de Cristo. 

Existe una autonomía relativa de las realidades temporales, y así lo reconoce hoy la Iglesia. Pero quizás el énfasis en dicha autonomía nos ha llevado al extremo de separar totalmente las dos esferas. La legítima o justa autonomía no significa autonomía total, y no sería posible que así sea, porque la realidad es una: no existe una persona creyente que sea distinta de la persona que vota o trabaja. Con una sola inteligencia participamos del conocimiento con que Dios se conoce ―mediante la virtud de la fe― y comprendemos un problema matemático. Un mismo yo es el que recita el Credo y el que debate sobre la protección nacional de la salud. 

Por cierto, sería absurdo proclamar, por ejemplo, la defensa de un único sistema de pensiones que sea el sistema de pensiones católico, de aplicación inmutable y universal, o una definición católica para ordenar el tránsito por la derecha. Lo opinable, en ese sentido, es real, pero no tanto por su materia, cuanto por su indeterminación. Muchas cosas no están absolutamente determinadas por la ley natural ni por ley divina, por lo que admiten diversas soluciones justas, y para tales casos se debe prudencialmente discernir qué es lo mejor, teniendo en cuenta las circunstancias del caso. Pero el margen de apreciación mediante la prudencia no excluye la posibilidad de que algunas soluciones excedan todo límite y sean injustas: este sería el caso en que ya no sean determinaciones de principios de la ley natural o divina, sino abiertas contradicciones con ellas y, por tanto, rechazos a la soberanía de Cristo en cuanto legislador nuestro.

Pues bien, en nada se opone una recta comprensión de la autonomía relativa de las realidades temporales al Reinado social de Cristo. Él debe reinar, no sólo espiritualmente ni sólo en sentido metafórico, sino que «también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey» (Pío XI, Quas Primas, 6). No es una forma de decir, sino una verdad de fe. Por compartir con el Padre una única Esencia Divina, le corresponde a Cristo «poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas» (Pío XI, Quas Primas, 6). Es más, «erraría gravemente el que negase a Cristo-Hombre el poder sobre todas las cosas sociales y políticas (rerum civilium), puesto que el Padre le confirió un derecho absolutísimo sobre las cosas creadas, de tal suerte que todas están sometidas a su arbitrio» (Pío XI, Quas Primas, 8).

Todo esto cobra especial relevancia cuando se comprende que las vicisitudes políticas no corren por vaivenes más o menos azarosos ni se conforman a partir de hechos aislados, sino que el mundo sobrenatural está presente precisamente en este mundo, en la historia. Y por tanto, que esto no es una mera «batalla cultural» contra unos cuantos ideologizados, ni contra el marxismo en sus diversas manifestaciones, pues no se trata de un conflicto meramente temporal. Nuestro combate y nuestra crisis son sobre todo espirituales. Los católicos sabemos que Dios es el Señor de la Historia, que quiso instaurar todas las cosas en su Hijo, Cristo Rey del Universo, que quiere que todos los pueblos abracen la recta doctrina y se sometan a su suavísimo imperio2 Cfr. Misa de la Solemnidad de Cristo Rey, Oración Colecta, forma extraordinaria del rito latino. Y también sabemos que el enemigo busca por su parte no sólo la condenación de las almas individualmente, sino también la apostasía de los pueblos y naciones.

La primera vuelta de estas elecciones tendrá lugar en la Solemnidad de Cristo Rey3 Nos referimos al nuevo calendario litúrgico. Si, como dice León Bloy, «la casualidad es la Providencia de los imbéciles», podemos estar seguros de que no es una mera coincidencia. El poder de un voto es pequeño… es más, es estadísticamente irrelevante. Pero por el ejercicio de ese poder habremos de responder ante Dios, del que procede toda potestad. No como quien busca adivinar la voluntad de las mayorías, sino como quien busca sinceramente en conciencia ―teniendo en cuenta las circunstancias del caso―, lo que es mejor para nuestra patria, el bien común, especialmente respecto de aquellos bienes «no negociables»: la vida, la familia y la libertad de los católicos y de la Iglesia. Que cada uno vote en conciencia no significa que pueda prescindir de estos bienes fundamentales a la hora de votar. Ese pequeño voto debe ser una de las armas con las que militamos en las filas de Cristo para restaurar su Reinado en nuestra patria ―el retorno del Rey que figurara Tolkien en su obra maestra―, nuestro modo de gritar con todas nuestras fuerzas: ¡viva Cristo Rey!

Barómetro Constitucional: lo último de la Convención

Les compartimos esta nueva sección que hemos llamado «barómetro constitucional». Cada mes informaremos si la Convención Constitucional respeta el Estado de Derecho, y daremos cuenta de los riesgos en que se encuentran el derecho a la vida, la familia, los derechos sobre educación y la libertad de culto. A continuación les dejamos nuestro reporte de este mes de octubre y la primera semana de noviembre, que considera los discursos iniciales de la apertura oficial de la discusión constitucional y la primera semana de funcionamiento de las Comisiones permanentes.

Derecho a la vida

En contra: 

  • Muchos convencionales han dado sus discursos de apertura con pañuelos verdes y han sido muy enfáticos en los “derechos de las mujeres”, los “derechos sexuales y reproductivos”, el lenguaje inclusivo y no sexista, la referencia a una “constitución feminista” y al “derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo”, lo que manifiesta claramente el empeño que pondrán ciertos sectores por instaurar el derecho constitucional al aborto. Entre otras, destacó el discurso de apertura de Dayyana González, quien señaló que “como mujeres feministas defenderemos un Estado antipatriarcal y antiracista; los derechos reproductivos y sexuales para todos, todas y todes: que se escuche bien: ¡defenderemos el derecho al aborto!”. Esta frase recibió un fuerte aplauso por parte del pleno.
  • En la opinión pública el tema ha estado igualmente muy presente. Preocupa especialmente la columna de la profesora Alejandra Zúñiga publicada el 5 de noviembre en El Mercurio: “Argumentaré brevemente que, como mínimo, la nueva Constitución debiera reconocer en el catálogo de derechos humanos, los derechos sexuales y reproductivos y, en particular, el derecho al aborto, de la siguiente manera: “La ley garantizará y regulará la interrupción voluntaria del embarazo”. 

A favor: 

Si bien varios convencionales de Vamos por Chile han hecho referencia a la protección de la vida del que está por nacer, fueron una minoría con respecto al total.

Conclusión:

Si consideramos que esta es la postura de muchos convencionales, podemos especular que en el debate de fondo es altamente probable que se presenten y sean ampliamente apoyadas las propuestas en favor de un derecho al aborto en la nueva Carta Fundamental.

Familia

En contra: 

  • Constante énfasis en los conceptos de “diversidades y disidencias” y en la autonomía progresiva de los niños. 
  • Además, existe una alta probabilidad de que sea atacada la familia mediante la figura de los “coordinadores de transversalización”. Esta ya se aprobó y en 5 comisiones temáticas se eligieron a los convencionales que ocuparán los cargos. Esto representa el gravísimo riesgo de que se considere obligatorio según el Reglamento General (art. 90) incorporar ciertos asuntos o corregir aquellas normas que se estime que vulneran la perspectiva de género, el enfoque en derechos humanos, la inclusión, etc. Además, el inciso final del artículo 90 da por supuesto que se deberán implementar estos enfoques.
  • En la Comisión de Principios se está comenzando a alcanzar consenso en torno a la idea de aprobar que “las familias” son el núcleo fundamental de la sociedad. Entre los 18 constituyentes que integran la Comisión de Principios hay al menos 8 que apoyan esta idea. “Se debe trascender la noción de familia, trascender la noción monoparental clásica. Por lo tanto, se debe hablar de familias en plural, aceptando con esto que hay diversidad en esa área” (Alvin Saldaña). “La actual Constitución no solo no se adecua a los tiempos en los que vivimos, sino que difícilmente permite abrir paso al cambio de paradigma en el que estamos hoy, donde también las comunidades y las personas están al centro del funcionamiento de las instituciones, el Estado y la sociedad” (Lisette Vergara).

A favor:

Hubo convencionales que en sus discursos de apertura dieron especial importancia a la familia y se refirieron a su defensa. Con todo, es importante destacar que ni siquiera en esos casos hubo referencias al contenido normativo específico del concepto de familia, como una estructura natural conformada por un hombre y una mujer ordenada a la procreación.

Conclusión:

Parece que ya contamos con suficientes elementos para pensar que lo más probable es que en la nueva Constitución no solo no se reconozca la familia natural, sino que incluso se aprueben normas que atentan contra ella. 

Educación

En contra: 

  • Diversos convencionales no dejaron lugar a dudas, a través de sus discursos de apertura, de su pretensión para otorgar primacía al Estado en educación, en perjuicio de la libertad de los establecimientos educacionales privados. Asimismo, la educación sexual se ha puesto sobre la mesa como tema a incorporar en la nueva Constitución y como una bandera de lucha que para muchos convencionales es una prioridad no negociable.
  • Bastantes convencionales han puesto mucho énfasis en el derecho a la educación y ―aunque no se hayan referido directamente, a favor ni en contra, a la libertad de enseñanza o de educación― manifestaron un concepto de educación que le otorgaría más primacía al Estado y que eventualmente podría poner barreras a la libertad de establecimientos educacionales privados. César Valenzuela, por ejemplo, aludió en su discurso de apertura a unas “falsas dicotomías que se han intentado presentar en este espacio: creemos en la libertad y creemos en el valor del esfuerzo. Y es justamente por ello que debemos hacer transformaciones estructurales. Hoy la libertad es una mentira, porque está absolutamente condicionada a la capacidad de pago”. Una afirmación ciertamente bien intencionada, pero sin embargo claramente contraria a la libertad de enseñanza. Asimismo, la educación sexual ―entendida bajo cierto prisma ideológico y como un derecho irrenunciable de los niños (con independencia de la voluntad de los padres)― se ha puesto sobre la mesa como tema a incorporar en la nueva Constitución. 
  • El miércoles 3 de noviembre se rechazó una propuesta del convencional Squella para que se recomiende informar a los padres de los niños que se inscriban para participar en audiencias públicas de esa comisión. Cabe destacar que ni siquiera se quería establecer como una obligación el pedir permiso a los padres, sino como una mera recomendación de informarlos, y aun así fue rechazada. Luciano Silva sugirió que los padres estuvieran informados sobre que los niños fueran a exponer y que dieran autorización, pero no fue tomado en cuenta. Beatriz Sánchez, por su parte, sostuvo que tenían un mandato de que los niños participaran, y que por ello la comisión no se podía negar a la solicitud de participación ni involucrarse en las dinámicas familiares.
  • Luciano Silva fue de los convencionales que le dio mayor relevancia, con un discurso de apertura notable. Otros convencionales invocaron a Dios expresamente en muchos discursos. El 19 octubre diversas denominaciones religiosas presentaron una declaración acerca de la necesidad de que sea reconocida la libertad religiosa en la nueva Constitución, con todas sus aristas.El 20 de octubre convencionales de diversos sectores, del distrito de la Araucanía, enviaron una carta al diario El Mercurio en la que condenaron la quema de iglesias en la zona durante la semana del 18 de octubre.El 29 de octubre tuvo lugar en la Convención un acto oficial de conmemoración del día de las iglesias evangélicas.

A favor:

Algunos convencionales de Vamos por Chile le dieron un lugar especial en sus discursos de apertura al derecho de los padres de educar a sus hijos y la libertad de enseñanza. 

Conclusión:

No tenemos suficiente evidencia a estas alturas para afirmar que la nueva Constitución vaya a eliminar la libertad de enseñanza ni el derecho preferente y deber de los padres de educar a sus hijos, pero sí es altamente probable que se introduzca un cambio de paradigma que ponga al Estado en el centro, y no a los padres ni a la sociedad civil.

No tenemos suficiente evidencia a estas alturas para afirmar que la nueva Constitución vaya a eliminar la libertad de enseñanza ni el derecho preferente y deber de los padres de educar a sus hijos, pero sí es altamente probable que se introduzca un cambio de paradigma que ponga al Estado en el centro, y no a los padres ni a la sociedad civil.

Libertad religiosa

A favor: 

  • Algunos convencionales hablaron en defensa de este derecho. Si bien no podemos decir que está asegurada su protección, al menos no hubo ataques explícitos, como en el caso de la familia o la vida.
  • Luciano Silva fue de los convencionales que le dio mayor relevancia, con un discurso de apertura notable. Otros convencionales invocaron a Dios expresamente en muchos discursos.
  • El 19 octubre diversas denominaciones religiosas presentaron una declaración acerca de la necesidad de que sea reconocida la libertad religiosa en la nueva Constitución, con todas sus aristas.
  • El 20 de octubre convencionales de diversos sectores, del distrito de la Araucanía, enviaron una carta al diario El Mercurio en la que condenaron la quema de iglesias en la zona durante la semana del 18 de octubre.
  • El 29 de octubre tuvo lugar en la Convención un acto oficial de conmemoración del día de las iglesias evangélicas.

En contra:

Isabel Godoy en su discurso de apertura se manifestó en contra del cristianismo: “¿cómo vamos a adorar a un Dios que fue impuesto con tortura y muerte?”.

Conclusión:

De todos los bienes fundamentales en riesgo en este proceso constitucional, este es probablemente el menos amenazado de todos. Es cierto que nada nos asegura que vaya a ser protegido, pero sí se aprecia una defensa contundente y, por otro lado, no ha habido intervenciones relevantes que se manifiesten expresamente en contra de este derecho.  

Estado de Derecho

En contra:

  • La Mesa de la Convención y muchos convencionales, en el inicio oficial del proceso constitucional y en conmemoración de los dos años del llamado “estallido social” ensalzaron con alusiones románticas los delitos del 18 de octubre de 2019 y de los días siguientes, al menos con el pretexto de que a ellos se debe el proceso constitucional. La condena a la violencia fue uno de los temas centrales en la derecha y la centro izquierda. Muchos convencionales hicieron alusión al orden, a realizar cambios en paz, a condenar la violencia, etc. No obstante, ciertos sectores radicales repitieron el ensalzamiento y romantización de los alarmantes eventos del 18 de octubre. Fue frecuente escuchar frases del tipo “gracias a ellos estamos acá”. Además, algunos convencionales se opusieron a sesionar en la Universidad de Concepción porque esta interpuso querellas contra manifestantes que cometieron delitos durante el llamado “estallido social”. La presidenta Loncón habló en defensa de dos weichafe muertos en Cañete, de la misma manera que diversos convencionales a través de una declaración pública, dando así respaldo a la violencia insurreccional y a los atentados ilegales contra el orden público y la paz social.
  • Además, la figura de los “coordinadores de transversalización” podría representar un subterfugio que lleve eventualmente a zanjar ciertos temas antes de que siquiera sean debatidos (género, DD.HH., inclusión, plurinacionalidad, etc.). La última semana de octubre se eligieron 5 parejas de coordinadores de transversalización (electos en 5 de las 7 comisiones temáticas). Esta figura resulta en la práctica ser un subterfugio que controla debates de fondo antes de que estos siquiera comiencen. Tales “coordinadores» cumplen la función de comunicarse con otras comisiones temáticas con el fin de armonizar su trabajo con enfoques de derechos humanos, inclusión, plurinacionalidad, género, descentralización, entre otros, durante todo el proceso de discusión constituyente». Con esta herramienta, se abre la posibilidad de que se considere obligatorio, según el art. 90 del Reglamento General, incorporar ciertos asuntos o corregir aquellas normas que se estime que vulneran la perspectiva de género, el enfoque en derechos humanos, la inclusión, etc. Además, el inciso final da por supuesto que se deberán implementar estos enfoques. En efecto, dice el artículo 90:

Mecanismo de transversalización. A efectos de transversalizar los enfoques de derechos humanos, género, inclusión, plurinacionalidad, socioecológico y descentralización en el proceso de la discusión constituyente, cada comisión temática deberá definir dos convencionales, entre los cuales al menos una debe ser mujer, que rotarán cada dos meses para cumplir el rol de enlaces transversales.

Los enlaces transversales se reunirán al menos una vez al mes para dar cuenta de los debates de cada comisión, con el único objetivo de identificar posibles duplicaciones, divergencias o ausencias en relación con los enfoques definidos.

Aquellas duplicaciones, divergencias o ausencias de enfoques que sean identificadas deberán ser comunicadas a las comisiones temáticas en la sesión siguiente para que sean puestas en discusión. El acta de ese debate y resoluciones adoptadas serán comunicadas a las otras comisiones.

Todas estas actas serán publicadas en la página web de la Convención en un apartado diferenciado denominado “Discusión de transversalización”.

Complementariamente, cada comisión temática, junto a la presentación de sus propuestas normativas al Pleno de la Convención, deberá acompañar un informe que incluya el proceso de discusión sobre implementación de los enfoques de derechos humanos, género, inclusión, plurinacionalidad, socioecológico y descentralización, y aquellas duplicaciones y divergencias que pudieren mantenerse entre comisiones.”

Reglamento General: Artículo 90.-
  • No se logró presentar la reclamación por la aprobación de los plebiscitos dirimentes en el Reglamento de Participación Popular, ya que no se consiguió la última de las 39 firmas para acudir ante la Corte Suprema.
  • El miércoles 3 de noviembre se terminó de discutir y votar el cronograma general de la Convención, el cual adolece de, al menos, 2 irregularidades: 1) inclusión de un eventual plebiscito dirimente y la consulta indígena, sin que se hayan presentado ni aprobado proyectos de ley que los implementen; y 2) aprobación de facto de la prórroga del plazo de los 3 meses en momento distinto al establecido por la CPR.
  • El jueves 28 de octubre se requirió a la Contraloría General de la República que se aclare la procedencia de terminar con las remuneraciones del convencional Rodrigo Rojas Vade. La Contraloría, el 3 de noviembre, optó por abstenerse de pronunciarse.

A favor:

La Corte Suprema declaró admisible un recurso de protección interpuesto por convencionales contra la Convención el 28 de octubre, por atentar contra la libertad de expresión al prohibir la discusión de las indicaciones de los reglamentos. Esto no significa nada en cuanto a la resolución de fondo del asunto, pero sí es un signo políticamente relevante, pues se aprecia que la Convención debe someterse a la jurisdicción de los tribunales, incluso en recursos de protección (y no sólo para el caso de la acción de reclamación prevista especialmente en el capítulo XV de la Constitución).

Conclusión:

Se aprecia a pesar de todo el interés de la mayoría de los convencionales, y sobre todo de la mesa, en vulnerar normas procedimentales que se han impuesto a la Convención y en intervenir activamente en sucesos contingentes de política nacional que no son propios de su competencia (en estos casos, además, siempre ha sido en favor de sujetos subversivos que atentan contra el Estado de Derecho).

Superhombre

Les dejamos a continuación una reflexión de nuestro director ejecutivo, Álvaro Ferrer, sobre ciertos dichos del diputado Matías Walker, durante la discusión por matrimonio entre personas del mismo sexo.

Decía Chesterton que si pudiera realizar un solo sermón sería contra la soberbia, vicio que nos ataca no tanto en nuestras debilidades como en nuestras fortalezas (reales o aparentes) y que nos asemeja a los rebeldes demonios. La humildad, su natural antídoto, consiste –como enseña Santa Teresa– en andar en la verdad: la de uno mismo, con sus miserias y defectos, y los pies bien puestos en la tierra. No es fácil. La realidad es dura. Contemplarla y reconocer las cosas como son exige agachar el moño, aceptar, subordinarse, obedecer. Decía Nietzsche que para desembarazarse de la realidad era necesario renunciar a la gramática. El desorden mental y moral es condición para el avance de cualquier ideología. Por ello es que el ideólogo –sea por ignorancia o simplona fatuidad– se rebela frente a todo vestigio de orden. Como un soberbio demonio no quiere obedecer sino mandar, ajustando como sea la realidad al preconcebido y voluntarista molde de su agenda.

La semana pasada, a propósito del proyecto de ley del mal llamado “matrimonio igualitario” se expuso ante la Comisión de Constitución de la Cámara que en realidad dicho proyecto no extiende ni permite el matrimonio a las personas del mismo sexo –no lo iguala– pues deroga uno de sus requisitos de existencia, modificándolo esencialmente, creando así un nuevo contrato que sólo mantiene un nombre. El diputado Matías Walker con impostada solemnidad respondió que “los requisitos de existencia los determinamos nosotros”… Pocas frases condensan y reflejan mejor la renuncia a la gramática: el oficio del legislador ya nada tiene que ver con reconocer y mandar sino con determinar lo que las cosas son y luego imponer, en un empeño prometeico que no se oculta tras el abuso de lugares comunes conformados a la demanda vociferante de la nada pacífica ortodoxia dominante.

Lo mismo ocurre con los proyectos de ley de aborto libre, eutanasia, reforma al sistema de adopción, filiación lesbomaternal, etc.: so pretexto de reconocer ciertas realidades se renuncia y recrea la realidad, extremando la falacia naturalista: el ser no sólo determina el deber ser; éste, ante todo, consiste en desligarse de cualquier “atadura” natural. Así, desde y hasta cuándo hay persona, lo que es el matrimonio, la familia, la filiación, etc., “lo determinamos nosotros”, recreando ex nihilo aquello que se interponga al avance inexorable del progresismo que, habiéndose apropiado de la infalible herramienta de los “derechos humanos”, deja el sello indeleble de la emancipación ilustrada en todo su esplendor.

El febril afán refundacional que prima en la Convención, dispuesto a desembarazarse de toda tradición y regla constituida, es fiel reflejo de la misma renuncia de la cual ya ni se salva el Pueblo, cuyas esperanzas hace rato fueron abandonadas y relegadas por sus autodenominados y excluyentes representantes al mesiánico y revolucionario afán de purgar los males del mundo, de los malos, de los otros (aunque vivan con ellos y como ellos), dando igual que su receta sea un probado fracaso que patea, humilla y escupe a los más pobres y necesitados. ¡Fuera la República, fuera los 2/3, fuera los padres y sus derechos! ¡Fuera todo salvo el Yo y su deseo! (y el todes y la sororidad). El superhombre ha matado a Dios.

Se cosecha lo que se siembra. La ideología –esa realidad paralela y cercenada, cultivada y promovida en determinados púlpitos e instituciones que de universidad tienen bien poco– pasa la cuenta. Erigir la autonomía individual como regla y medida no ha sido estéril. El resabio del original y populista “seréis como dioses” está plenamente vigente. Pero la criatura –también si oficia de parlamentario o convencional– no es ni jamás será Dios. Esta es la porfiada realidad en que renace la esperanza.

Tribunal Constitucional acoge los dos requerimientos contra proyecto de Garantías de la Niñez coordinado por Corporación Comunidad y Justicia

El organismo indicó que deben ser eliminados por inconstitucionalidad los artículos relacionados con la “autonomía progresiva” y el que establecía que el Estado debe brindar una educación sexual “de carácter laico y no sexista”.

Viernes 15 de julio. El día de ayer, el Tribunal Constitucional (TC) dio a conocer que los dos requerimientos contra el proyecto de ley de Garantías de la Niñez, coordinados por nuestra Corporación y presentados por 49 diputados y 15 senadores, fueron acogidos íntegramente por fondo y por forma.

Los artículos impugnados en el documento y declarados inconstitucionales por el TC eran aquellos que se referían al deber del Estado de garantizar una educación sexual y afectiva integral “de carácter laico y no sexista” (artículo 41 inciso cuarto del proyecto de ley), a establecer restricciones excesivas al derecho de los padres a educar a sus hijos en relación a la autonomía progresiva del menor (artículo 11 del proyecto de ley) y a consagrar el derecho de los menores de edad a asistir, promover y convocar reuniones públicas y manifestaciones pacíficas por sí solos (artículo 31 incisos cuarto y quinto del proyecto de ley).

Dichas normas afectan la “preferencia” que la Constitución reconoce a los padres por sobre toda otra persona o institución en el ejercicio del derecho y el deber de educar a sus hijos.

Te invitamos a leer la nota de la La Tercera haciendo click aquí

Emblemas Nacionales

Día de la bandera, día de los héroes de La Concepción. Con ocasión de este aniversario de una de las mayores gestas de nuestra historia, les dejamos una breve reflexión de nuestro investigador, Vicente Hargous, en la cual reivindica nuestros símbolos patrios, cuestionados en días recientes por algunos convencionales constituyentes.

Nuestra Constitución Política ―la cual, a pesar de todo, sigue y seguirá vigente hasta que eventualmente se apruebe en plebiscito el texto que proponga la Convención Constituyente que acaba de entrar en funciones― dice en su artículo 2° que «son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional». La historia de este artículo dice mucho de las vicisitudes de nuestra Patria durante el siglo pasado: la identidad chilena que se consolidó durante el siglo XIX con gestas heroicas se vio por primera vez amenazada incluso en sus emblemas, durante la segunda mitad del siglo XX. 

Celebramos hoy el día de la Bandera Nacional porque es el aniversario del Combate de la Concepción, un hecho de carácter casi legendario, por el martirio épico de 77 bravos soldados del Regimiento 6° «Chacabuco» liderados por Ignacio Carrera Pinto, que dieron sus vidas para mantener en alto la bandera ondeando horadada por las balas. Rodeados por el enemigo, frente a una derrota inevitable, no se rindieron, sino que calaron bayonetas y cargaron al grito del Subteniente Luis Cruz Martínez, de 15 años: «¡Un chileno no se rinde jamás!».   

Esa identidad impresa a sangre fue amenazada por la ideología marxista ―de vocación internacionalista por naturaleza, pues la lucha de clases no tiene fronteras―, lo que movió a la Comisión redactora de la actual Constitución a «reafirmar los valores permanentes de nuestra nacionalidad». No fue una medida impuesta por los militares en el poder, sino una salvaguarda de la unidad nacional, necesaria para la estabilidad de la patria y la paz social, que en nada se opone a la riqueza y diversidad de Chile. La unidad es un valor patrio que se debe construir, cuidar y defender, porque «todo reino dividido contra sí mismo quedará desolado, y toda ciudad dividida contra sí misma no subsistirá», como nos recuerda el Evangelio. No podemos darla por supuesta. Lo que nos hace ser chilenos ―por mucho que ciertos iluminados pretendan «refundarlo»― es el compartir unas mismas raíces, una tradición común, y caminar juntos con la conciencia de que tenemos un destino común previsto por Dios mismo. 

¿Qué chileno no se emociona con solo recordar aquel himno vociferado en Brasil el 2014 cuando nuestra selección derrotó a España?… ¿Qué pasó desde ese año hasta ahora, que es ofensivo que una banda de niños lo cante en la apertura de la Convención Constituyente? ¿Qué pasó con ese Chile que desde el 2011 comenzó a izar con orgullo su bandera cualquier día del año sobre los techos en las poblaciones? ¿Qué nos pasó, que ahora es ofensiva nuestra nobilísima bandera, que un chileno anónimo rescató embarrada después del terremoto del 27F?

La actual Presidente de la Convención manifestó, como muchos otros miembros de la misma, sus intenciones de refundar Chile, cambiando los emblemas nacionales y la unidad nacional. Nadie niega la riqueza cultural de Chile, y la llamada deuda histórica con el pueblo mapuche de ha sido reconocida por autores como Gonzalo Vial, pero ¿no debe haber algo que nos une dentro de esa diversidad? ¿No es acaso la unidad misma de Chile en torno a una tradición común lo que deberíamos custodiar? Poner en peligro la unidad misma, el alma de Chile, no sólo traería evidentes peligros de secesión y reapertura de heridas, sino que atacaría lo más íntimo, lo que es valioso ―mucho más que la autonomía del Banco Central― precisamente porque es aquello nuestro, de todos, sin distinción entre ricos y pobres, entre santiaguinos y gente de Región, entre derechas e izquierdas. Por impopular que parezca, nuestro Himno Nacional, nuestra Bandera, nuestro Escudo Nacional, merecen ser defendidos en estos momentos difíciles.

Foto de Canva

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