Hoy en el diccionario Constitucional, nuestro equipo del Área Constitucional explica los riesgos de la norma de educación sexual integral escrita en la propuesta de nueva Constitución.
¿Qué significa?
Concepto que se usa en leyes o políticas públicas para referirse a un determinado tipo de educación sexual que se pretende impartir en los establecimientos educacionales. En general se defiende con el argumento de ser neutral, pero suele promover una visión hedonista y liberal de la sexualidad, excluyendo otras concepciones.
Comentario / Peligro
El problema es doblemente grave: la propuesta de nueva Constitución reconoce como derecho una determinada y deficiente educación sexual. No es integral, sino con un enfoque determinado (centrado en la autonomía, el disfrute pleno, en validar la ideología de género, entre otros).
Dónde está / Qué dice el artículo
Artículo 40: Toda persona tiene derecho a recibir una educación sexual integral, que promueva el disfrute pleno y libre de la sexualidad; la responsabilidad sexoafectiva; la autonomía, el autocuidado y el consentimiento; el reconocimiento de las diversas identidades y expresiones del género y la sexualidad; que erradique los estereotipos de género, y que prevenga la violencia de género y sexual.
Derecho comparado
La aplicación de la ESI ha llegado a extremos preocupantes, por ejemplo en 2011, una madre alemana fue encarcelada 43 días por negarse a que sus hijos recibieran educación sexual en el colegio, con la que no estaba de acuerdo.
Algunos países han empezado a tomar medidas en sentido contrario, al darse cuenta de lo dañino que puede ser para las familias: (i) en Florida la ESI fue prohibida oficialmente, porque son los padres quienes deben educarlos en primer lugar; (ii) en España existe el pin parental que permite a los padres retirar a sus hijos de los colegios en caso de que no estén de acuerdo con lo que se les enseñe.
Referencia de Doctrina Social de la Iglesia (DSI)
“La información debe llegar en el momento apropiado y de una manera adecuada a la etapa que viven. No sirve saturarlos de datos sin el desarrollo de un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad. Los jóvenes deben poder advertir que están bombardeados por mensajes que no buscan su bien y su maduración. Hace falta ayudarles a reconocer y a buscar las influencias positivas, al mismo tiempo que toman distancia de todo lo que desfigura su capacidad de amar” (Amoris Laetitia, 281).